Revista de Claseshistoria

May 18, 2017 | Author: José Ángel Castellanos Salas | Category: N/A
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Revista de Claseshistoria

Revista

Publicación digital de Historia y Ciencias Sociales

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Artículo Nº 333

Claseshistoria.com

15 de noviembre de 2012 ISSN 1989-4988 DEPÓSITO LEGAL MA 1356-2011

TERESA MARÍA MAYOR FERRÁNDIZ Dos maneras diferentes de luchar contra el nazismo en la ciudad de Munich: Georg Elser y “La Rosa Blanca”

RESUMEN En la ciudad de Munich Adolf Hitler no solo se dio a conocer como orador y político y se gestó el NSDAP, sino que, simultáneamente, algunos ciudadanos bávaros empezaron a mostrarse disidentes con la ideología y la política nazi… Fue también en Munich donde Georg Elser, un carpintero comunista, planificó y llevó a cabo un atentado contra el mismísimo führer y donde un grupo de jóvenes universitarios, encabezados por los hermanos Hans y Sophie Scholl, y acompañados por un profesor de Filosofía, intentaron oponerse al nazismo de manera pacífica, a través de la palabra escrita y del llamamiento a las conciencias. Este grupo es conocido como “La Rosa Blanca”. PALABRAS CLAVE Capital del movimiento, Erich Ludendorff, Paul Ludwig Troost, Dachau, Feldherrnhalle, Thomas Mann, Cervecería Bürgerbräukeller, KPD, Frente Negro, Hans Fallada, Carl Orff, Roland Freisler.

Teresa Mª Mayor Ferrándiz Licenciada en Geografía e Historia Profesora de Bachillerato y Secundaria [email protected] Claseshistoria.com 15/11/2012

Teresa Mª Mayor Ferrándiz

Dos maneras diferentes de luchar contra el nazismo en la ciudad de Munich: Georg Elser y “La Rosa Blanca”

1. INTRODUCCIÓN Durante muchos años se creía, erróneamente, que no había habido ninguna resistencia antinazi en Alemania. Sin embargo entre los años 1933 y 1939 los tribunales alemanes condenaron a unas 225.000 personas a diversas penas que, en total, sumaban unos 600.000 años de cárcel. Entre 1933 y 1945 tres millones de alemanes pasaron por diversos campos de concentración por diversos motivos, sobre todo por tener ideas políticas contrarias, o diferentes, al nazismo. De entre 800.000 a un millón de alemanes estuvieron internados los 12 años que duró el régimen por haber participado en diversas actividades políticas, o, simplemente, por haber sido críticos con el nazismo. 7.000 personas fueron ejecutadas por razones políticas y se llegaron a construir unas 36 guillotinas (1). Munich fue considerada durante el Tercer Reich “La Capital del Movimiento” (Haupstadt der Bewegung). Hitler siempre guardó una lealtad simbólica a Munich, cuando la lógica de la política de Estado había desplazado la capital a Berlín, era una lealtad compartida con Núremberg, la ciudad de los grandes congresos del partido nazi (2). Allí, en Munich, se fundó el NSDAP y Hitler saltó a la palestra política dándose a conocer como un orador apasionado y un líder carismático indiscutible en la cervecería Hofbräuhaus, donde también expuso el programa de su partido en 25 puntos. En el año 1921 el NSDAP celebró su primer congreso en la capital de Baviera. Dos años más tarde, también en Munich, Hitler, con el apoyo del general Erich Ludendorff, intentó dar un golpe de Estado, imitando la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini, el día 9 de noviembre de 1.923, un golpe que fracasó y cuyo saldo fue el de 18 nazis muertos y otros cuatro policías que les hicieron frente, y que murieron en los enfrentamientos que tuvieron lugar en el centro de la ciudad bávara, ante la Feldhernalle, en Odeonsplatz y sus alrededores. La desbandada fue general entre los amotinados. Goering fue herido en una pierna y el propio Hitler se rompió la clavícula. Gracias a estos hechos, el partido empezó a disponer de un “martirologio” que le va a permitir realizar una serie de rituales de sangre de carácter pseudo-religioso (3). Posteriormente, cómo no, en Munich, Hitler fue juzgado y condenado, permaneciendo ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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tan solo unos nueve meses en la prisión de Lansberg, donde escribió “Mein Kampf”, ayudado por su chofer Emil Maurice y por Rudolf Hess (4). Munich tuvo, pues, el honor de ser una de las cinco “ciudades del Führer”. Las otras cuatro eran: Hamburgo, por ser el puerto más grande de Alemania, Núremberg, donde se celebraban los congresos del Partido, Linz, destinada a transformarse en una ciudad-museo, y Berlín, que iba a ser totalmente cambiada y reconstruida por el arquitecto favorito de Hitler, Albert Speer (1905-1981), para convertirse en la capital de Europa con el nombre de Germania. Munich fue remodelada, sus plazas ampliadas y adoquinadas para celebrar en ellas diversos actos, desfiles y concentraciones de los miembros del partido nazi. Es lo que ocurre con la hermosa Königsplatz, la Plaza del Rey, que fue proyectada por Leo von Klenze, por mandato del rey Luis I de Baviera (1825-1848), como un homenaje a la Antigüedad Clásica. Concebida originalmente como una plaza cultural, fue profanada por el nazismo para convertida en una “plaza marcial”, hasta que, en el año 1988, recobró su estado original cuando los adoquines fueron arrancados y sustituidos por césped. En Munich muchos de sus antiguos monumentos fueron modificados para adaptarlos a los nuevos tiempos. Además, en la capital de Baviera, se levantaron muchos edificios nuevos, destacando en estas nuevas construcciones el arquitecto Paul Ludwig Troost (1879-1934), que se había hecho famoso por haber trabajado en la decoración de cruceros de lujo. Troost es autor de la Casa del Arte Alemán (Haus der Deutschen Kunst) en Munich y de varios edificios oficiales del Partido. Su estilo es una mezcla de neoclasicismo, funcionalismo, sobriedad, “Art Decó” y monumentalismo. Finalmente, en las cercanías de Munich, en 1933, se construyó el primer campo de concentración del nazismo: Dachau. En la prisión muniquesa de Stadelheim fue ejecutado Ernst Röhm, el máximo dirigente de las SA, al mediodía del 1 de julio de 1934 (5) y, también, en esta misma ciudad bávara, Hitler, en el estudio fotográfico de Heinrich Hoffmann, conoció a la que sería su más fiel amiga y compañera: Eva Braun. Bien, pues en Munich hubo muchos ciudadanos que se opusieron a las ideas nazis, o que no mostraban ninguna simpatía por el nazismo. En primer lugar vamos a citar a los anónimos ciudadanos que evitaban pasar por delante del monumento decimonónico llamado Feldherrnhalle (el panteón de los generales), construido por Friedrich von Gärtner e inaugurada en 1844. Allí unos soldados de la SS montaban ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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guardia permanente ante una lápida en honor de los 16 muertos caídos en la intentona golpista del año 1923. Era obligatorio que toda persona que pasara por delante del Feldherrnhalle tenía el deber de saludar con el brazo en alto, haciendo el saludo hitleriano (el Deutsches Gruss). Para evitarlo, muchos habitantes de Munich buscaban hacer otro recorrido distinto, desviándose y pasando por una pequeña calle, la Viscardigasse, situada detrás del monumento que pronto fue conocida como “Drückebergergasse”, literalmente la callejuela de los “que se escaquean”. Actualmente, como recordatorio, hay, entre los adoquines del suelo, un camino trazado con falsos y brillantes adoquines de bronce dorado, señalando el camino que seguían esos anónimos “escaqueadores”. En Munich vivió el escritor antinazi Thomas Mann (1875-1955), que recibió el Premio Nóbel de Literatura en 1929, cuyas obras fueron quemadas en diversas plazas públicas y que acabó exiliándose en Estados Unidos y Suiza. Thomas Mann desde muy joven defendió el “imprescindible acicate cultural que significa el judaísmo para Europa”, un acicate del que “Alemania está tan necesitada”. Calificó al antisemitismo de “debilidad, necedad y sinrazón”. Para Thomas Mann el antisemitismo era la consecuencia lógica de un “sentimiento de inferioridad social como nación”, el fruto de un “provincianismo trasnochado” (6). Su hija Erika Mann, que era actriz, junto con su amiga la también actriz Therese Giehse y su hermano Klaus Mann, era la propietaria y creadora del cabaret “Die Pfeffermühle”, el Molino de Pimienta, situado a muy pocos metros de la cervecería Hofbräuhaus, donde Hitler lanzaba sus encendidos discursos llenos de violencia y de odio. En el cabaret de Erika Mann se ridiculizaba todo lo que oliera a nazismo. Cuando los nazis ocuparon el poder en Alemania, Erika Mann y su cabaret se refugiaron en Suiza, desde donde huyeron a Estados Unidos, donde la antigua cabaretera acabó convirtiéndose en una política comprometida que exponía a todo el mundo la verdad sobre Hitler y sobre el nazismo. Poco a poco, a medida que la guerra se iba prolongando, Munich fue dejando de ser la “capital del movimiento” para irse convirtiéndose en la “capital de contramovimiento”. Se decía, además, que estaba aumentando la propaganda y los partidarios de la restauración de la monarquía (7), pero, sobre todo, en Munich surgieron dos maneras distintas de combatir al nazismo. Son las representadas por el comunista Georg Elser y por los jóvenes estudiantes que formaron el grupo conocido como “La Rosa Blanca”. De ellos vamos a hablar con más detenimiento. ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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2. GEORG ELSER Johann Georg Elser nació el 4 de enero de 1903 en la pequeña aldea de Hermaringen, en Baden-Wurtemberg. Era el hijo mayor de una familia modesta cuya madre destacaba por su religiosidad y cuyo padre, un vendedor de madera alcohólico, tenía un carácter violento. Como respuesta a la violencia paterna el joven Georg Elser desarrolló un profundo sentido de la justicia. Fue, en líneas generales, un modesto campesino y carpintero originario de Suabia (región histórica repartida actualmente entre Baden-Wurtemberg y Baviera), un hombre solitario y de pocos amigos que se crió en un entorno muy humilde. Georg Elser era un individuo de aspecto agradable, de pequeña estatura y cabello oscuro, muy reservado, inteligente, aunque, sin embargo, en el colegio no logró destacar en nada. Su apariencia era tan normal, tan anodina y tan poco llamativa, que pasaba totalmente desapercibido. Después de terminar la enseñanza secundaria, a los 14 años, el joven Elser, en 1917, empezó a trabajar como aprendiz de tornero en una fundición de la región. Después, por problemas de salud, tuvo que dejar este trabajo y empezó su aprendizaje de ebanista. En su trabajo empezó a destacar haciendo muebles y otros objetos de madera. Trabajó como ebanista itinerante. La crisis de 1929 le hizo perder su trabajo. Siempre se mostró como un firme opositor al régimen nazi. Parece ser que los discursos de Hitler le hacían recordar los gritos de su padre (1). Georg Elser es especialmente conocido por el intento de asesinar a Adolf Hitler y a otros miembros del Partido Nazi cuando tenía treinta y seis años de edad, mediante una bomba casera colocada, elaborada por él mismo, en la cervecería Bürgerbräukeller de Munich, el 8 de noviembre de 1939, precisamente en la fecha en que se conmemoraba aniversario del “putsch” del año 1923 y, para la ocasión, en el local se habían reunido personalidades importantes del régimen nazi, como Joseph Goebbles, Hans Frank, Joachin von Ribbentrop (la “vieja guardia”, “los viejos combatientes”) y el propio Führer. Pero todos ellos ya habían abandonado la Bürgerbraükeller media hora antes de que estallase la bomba, por lo tanto no estaban en la cervecería en el momento en el que se produjo la fuerte explosión. Franz Mehnert, amigo del coronel Claus von Stauffenberg se lamentó de que el atentado hubiera fallado. No existe ninguna constancia de cuál fue la reacción de ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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Stauffenberg. En cambio su también amigo Albrecht Ritter Merz von Quirnheim, uno de los máximos implicados en el atentado del 20 de julio de 1944, pronunció estas palabras: “Ojalá que cojan a este tipo y le inflijan el castigo más duro que pueda concebir la imaginación humana” (2). Georg Elser fue detenido cerca de la frontera suiza, y recluido durante cinco largos años en los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau como "prisionero especial" (por la convicción de Hitler de que Elser formaba parte de una gran conspiración). Finalmente fue ejecutado el 9 de abril de 1945. Esto ocurrió en los días finales de la Segunda Guerra Mundial, 21 días antes de que Adolf Hitler se suicidase. Sus primeros años y su formación Como hemos dicho, Georg Elser nació en Hermaringen, Wurtemberg, el día 4 de enero de 1903. Era hijo de Ludwig Elser y Maria Müller, que no estaban casados y que contrajeron matrimonio un año después del nacimiento del niño.

El joven Georg

asistió a la escuela primaria de Königsbrunn de 1910 a 1917, donde mostró aptitudes para el dibujo y la artesanía. Su padre era agricultor y comerciante de madera, y tenía puestas las esperanzas en que su hijo le sucediera, pero el adolescente Georg, que ayudaba a su padre en el trabajo, no tenía ningún interés por seguir la profesión de su progenitor. Entonces comenzó su aprendizaje en una fundición, como tornero en una fábrica metalúrgica de su pueblo, pero tuvo que abandonarlo por motivos de salud, dos años más tarde. Desde muy joven comprobó que la difícil situación de su familia era extensible a muchas otras de su misma clase social. A continuación trabajó en varias carpinterías en Königsbrunn, Aelen y Heidenheim. Cuando tenía 19 años el joven Georg Elser ya era un ebanista especializado. De 1912 a 1929 estuvo empleado en una fábrica de relojes en Constanza. Aprendizaje que le serviría, posteriormente, para fabricar el temporizador de la bomba con la que pretendía asesinar a Adolf Hitler. De 1919 a 1932, tras la crisis económica de finales de los años 20, volvió a trabajar como carpintero, esta vez en la vecina Suiza. En 1930 su novia, Matilde Niedermann, había dado a luz a un niño, al que llamarían Manfred. Fue un embarazo no deseado, al igual que lo había sido el del propio Georg. Pero, a diferencia de sus padres, Georg Elser no se planteó casarse con la madre de ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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su hijo, y los dos se separarían poco después. Elser fue obligado a pagar a Matilde Niedermann el mantenimiento de su hijo, aunque no siempre pudo cumplir con sus obligaciones económicas. Además, al parecer, estaba enamorado de una mujer casada a la que perseguía insistentemente… Tras su regreso de Suiza, con Adolf Hitler ya como Canciller de Alemania, volvió a trabajar con su padre, y desde 1936 estuvo en una fábrica de montaje, donde se familiarizó con el programa nazi de rearme. Allí tomó conciencia de que el país nuevamente se encaminaba hacia futuros conflictos bélicos. Descubrió que su fábrica, dedicada en principio a la creación de tuberías y otras herramientas de uso civil, colaboraba con el rearme secreto ordenado por Hitler. Este rearme, que implicaba a gran cantidad de industrias, contravenía los acuerdos internacionales (el Tratado de Versalles) y, sobre todo, desmentía las continúas manifestaciones pacifistas de Hitler. Además, el joven Elser, cuando la radio transmitía los discursos de Hitler y de otros dirigentes nazis, se salía de la habitación sin decir nada, discretamente. Su actitud era abiertamente inconformista, ya que se negaba a someterse a las consignas del régimen. Como hemos señalado Elser era un hombre tranquilo y reservado, de personalidad solitaria. Contaba con muy pocos amigos, pero, al mismo tiempo, era un hombre sociable y los que le conocían tenían muy buen concepto de él. Se apuntó a varios centros culturales y le gustaba reunirse con sus amigos para jugar al Tracht, participar en el coro del pueblo o dar grandes paseos. Sus ideas políticas A Elser no le interesaba demasiado la política, aunque se adhirió al Sindicato de los Trabajadores

de

la

Madera

y

a

una

organización

comunista,

la

Roter

Frontkämpferbund (Liga Roja de Combatientes del Frente), pero sin tener demasiada participación activa en ninguna de estas dos organizaciones. Además no sabía ni tenía interés en saber de ideologías. Antes de las elecciones de 1933, las que llevaron a Hitler al poder, había votado por el KPD (Kommunistische Partei Deutschlands, Partido Comunista de Alemania) porque pensaba que era el único partido político que intentaba mejorar las duras condiciones de los obreros alemanes, pero Elser, como hemos indicado, no tenía ningún contacto con ninguna organización política ni con miembros de la Resistencia antinazi ¿Por qué no trató de unirse a otros grupos ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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opositores? ¿Por qué se propuso llevar adelante el magnicidio que había planificado en solitario? ¿Precauciones ante la abundancia de delatores? Las razones que llevaron a Georg Elser a oponerse al nazismo después de 1933 nacieron al ir comprobando como las condiciones de vida de los trabajadores, bajo el gobierno nazi, habían ido empeorado, a la propia ideología nacionalsocialista en sí misma, profundamente racista y anticomunista. El nivel de vida de la clase obrera se había deteriorado y su libertad había sido muy seriamente dañada. Habían bajado los salarios y había persecución religiosa (a pesar de su simpatía por las ideas comunistas Elser era muy creyente y su religión era el protestantismo). En las discusiones con algunos compañeros de trabajo fue viendo cómo muchos de ellos estaban muy desilusionados con el régimen nazi y le confesaban su oposición al mismo. Además, le horrorizaba la idea de que Alemania se metiera con otra guerra y, por eso, cuando las tropas alemanas estaban invadiendo Checoslovaquia, Elser ya estaba preparando su atentado. Elser había leído en la prensa que la próxima reunión de los jefes del partido se iba a celebrar en la cervecería Bürgerbräukeller de Munich el día 8 de noviembre de 1923. Se celebraba el aniversario anual del fallido Putsch de Hitler, y se reunirían allí figuras destacadas del régimen junto al propio Führer e importantes miembros de la vieja guardia del NSDAP. Elser viajó a la ciudad de Munich y llegó a la conclusión de que el mejor sistema para llevar a cabo sus planes de matar al Führer era una bomba de relojería, que colocaría en el interior de la columna situada junto al lugar donde Hitler hablaría. Una columna que estaba ubicada a las espaldas del estrado que acostumbraban a montar para Hitler y los demás oradores el día de la celebración del aniversario. De esta forma, la bomba no sólo mataría a Hitler y a los jerifaltes nazis que le rodeaban, sino que al destruirse dicha columna se hundiría el techo que caería sobre los asistentes. Así pues, Elser entró en el local fingiendo ser un cliente habitual. Estudió minuciosamente la enorme sala, la posición del atril y, sobre todo, se dio cuenta inmediatamente de la falta de medidas de seguridad efectivas. Durante los meses siguientes Elser robó una espoleta y una cierta cantidad de explosivos de la fábrica de armamento donde trabajaba y empezó a diseñar la bomba de relojería, gracias a los conocimientos sobre relojes que había adquirido en Constanza. Había descartado la utilización de armas de fuego por la imposibilidad de acercarse a Hitler,

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siempre rodeado de una espesa nube de guardaespaldas que formaban una especie de infranqueable muralla imposible de traspasar. El atentado contra Hitler En el otoño de 1939, Europa estaba al borde de la guerra a causa de la crisis de los Sudetes, región de Checoslovaquia que fue ocupada por Alemania. Apenas habían pasado dos generaciones desde la Primera Guerra Mundial, y los alemanes vivían con cierto temor la posibilidad de un segundo conflicto bélico, mucho más sangriento y destructivo que el anterior. Elser compartía esta angustia. Tras evitarse la guerra, en un primer momento, después de la firma del Acuerdo de Munich, Elser se convenció de que Alemania haría más reivindicaciones territoriales, violaría el Tratado de Versalles, tal y como proclamaban abiertamente los propios nazis, se anexionaría otros países y que la guerra sería, por tanto, inevitable. Elser desconfiaba de las propuestas de paz del Führer. Quería impedir la guerra y mejorar las condiciones de los trabajadores. Llegó a la conclusión de que la única manera de hacerlo era eliminando físicamente a la cúpula dirigente del Partido Nazi. Pensaba ingenuamente que eliminando a los elementos más proclives a la guerra, otros jerarcas nazis podrían reconducir la situación al pacifismo. En otoño de 1938 decidiría que sería él mismo quien lo haría, sin que nadie le instara a ello y sin que nadie conociera sus intenciones. A principios del mes de abril pidió una baja laboral y se traslado a la ciudad de Munich. Hizo un reconocimiento minucioso de la famosa cervecería, el mismo local desde el que había proyectado e intentado dar un golpe de Estado y donde, año tras año, Hitler daba un largo discurso anual. Dibujó algunos bocetos de la misma y tomó medidas. Pudo conseguir un nuevo trabajo en una cantera con la intención de poder robar dinamita. Durante los meses siguientes consiguió diseñar un tipo de bomba, que probó, con éxito, en la huerta de sus padres. Volvió a Munich el mes de agosto, y, desde este mismo mes hasta noviembre, llegó a frecuentar asiduamente la cervecería. Estuvo allí unas 30 veces. Aparentemente era un cliente habitual que pedía, noche tras noche, la cena. Después se escondía en un cuarto trastero hasta que el local cerraba para los clientes. A continuación, se ponía a trabajar usando la luz de una linterna para evitar ser descubierto y, a las siete y media de la mañana siguiente, cuando regresaba el personal que trabajaba en el bar, escapaba sigilosamente por una puerta lateral, sin ser nunca visto, con una maleta en sus manos, donde escondía ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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los escombros. Poco a poco fue haciendo un agujero en la columna deseada, debajo de su revestimiento de madera, que volvía a colocar de nuevo, después de cada noche. Su trabajo fue tan meticuloso que, incluso, llegó a recubrir el agujero con estaño para que la bomba no se moviera y, también, para evitar que la columna sonara a hueco. La bomba quedaría instalada y lista el día 6 de noviembre. Sin embargo, al día siguiente, imprudentemente Elser volvería a la cervecería para asegurarse de que la bomba seguía funcionando (3). Elser había construido un mecanismo de relojería conectado a un detonador que se podía programar con varios días de antelación. A la mañana siguiente, Elser se despidió de su hermana, que vivía en Stuttgart, le pidió algo de dinero y se dirigió a la ciudad de Constanza. Su idea era poder encontrarse a salvo en Suiza cuando la bomba explotase. Durante todo este tiempo, Elser no dejó entrever nada de lo que había estado tramando. Sin embargo un pequeño fallo estuvo a punto de dar a traste con toda la operación. Escribe Roger Moorhouse: “La única ocasión en que corrió el riesgo de ser descubierto fue cuando, durante su breve estancia en Munich en la primavera de 1939, intentó en vano conseguir trabajo en el Bürgerbraükeller” (4). Lo que Elser no sabía, dado su poco interés por las noticias y la lectura de prensa diaria (salvo en ocasiones puntuales), es que Hitler iba con muchas prisas, había decidido suspender aquel año su alocución anual a la vieja guardia del partido. La guerra y la inminente preparación de la ofensiva tenían absorbido a Hitler e iba a ser Rudolf Hess (vice-Führer del partido) quien le reemplazase. Tampoco sabía que, a última hora, Hitler cambiaría de opinión, por lo que el Führer se desplazó finalmente a Munich, aunque reduciendo su presencia en dicha ciudad y empezando su discurso mucho antes de lo habitual, a las 20 horas. Por lo tanto, Hitler empezó su discurso anual una media hora antes de lo programado porque las condiciones especiales de la guerra variarían aquel año la dinámica de la celebración conmemorativa. En el séquito de Hiler estaban Goebbels, el todopoderoso Ministro de Propaganda, Heydrich, Hess y otros altos jerifaltes del nazismo. Hitler ocupó su lugar en el podio, delante de la columna que Elser había manipulado minuciosamente y donde había instalado su bomba. Como hemos dicho, Hitler empezó su discurso a las 20:10 y lo terminó poco después de las 21:00 (la bomba de Elser estaba programada para las 21:20). Atronadores aplausos acompañaron su discurso. Una vez acabado éste, el Führer se dirigió rápidamente hacia la estación para coger el tren de las 21:31 hacia Berlín, ya ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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que el mal tiempo, una espesa niebla, le impedía volver en avión, una de las razones que le hicieron acortar su discurso. De los tres mil asistentes al mitin en la cervecería sólo quedaban unas cien personas, casi todos músicos y camareros que estaban limpiando el local. A las 21:20 estalló la bomba de Elser, que destruyó la columna situada detrás del lugar donde había estado Hitler 10 minutos antes y parte del techo de la galería superior. La explosión resultó muy violenta y mató a ocho personas e hirió a docenas de asistentes al acto (5). Tras la marcha de Hitler, mucha gente había decidido abandonar el local, con lo que es imposible saber con exactitud la magnitud de la explosión en las condiciones en las que Elser la había planeado. El resultado final, como ya hemos dicho, fue de ocho personas fallecidas, todos ellos miembros de la “vieja guardia”, y sesenta y tres heridas, dieciséis de gravedad, de las cuales cinco de ellas en estado de extrema gravedad. Cuando la explosión se produjo el desconcierto fue total. Muchos de los presentes pensaron que habían sufrido un ataque aéreo. Emil Wipfel, un miembro de la SA, cuenta su experiencia: “Hubo una luz muy intensa y en el mismo instante oímos una terrible explosión. Yo salí despedido a dos metros, cayendo entre los escombros, mientras sobre mí se desataba el infierno. Cuando recuperé el sentido, estaba tumbado boca abajo con el brazo derecho sobre el pie de un camarada (…). En aquel momento no sabía que ya estaba muerto. Yo no podía mover el brazo izquierdo, y tenía los pies sujetos… Más tarde me di cuenta de que tenía encima una sección del techo, la que había caído sobre el estrado del Führer. Sospecho que solo estaba sujeta por una mesa rota y tal vez por el cuerpo de mi camarada, lo que impedía que me aplastara” (6). Hitler se salvó no por intervención de la “Providencia”, sino por su propia “voluntad belicista” (7). El ministro de Propaganda del Reich, Joseph Goebbels, se encontraba charlando con Hitler en el salón del vagón especial del tren cuando le entregaron un mensaje con la noticia del atentado. Goebbels tuvo que informar a Hitler de que poco después de haber salido de la cervecería Bürgenbraukeller había tenido lugar allí “una explosión que se había cobrado la vida de ocho personas”. Para Goebbels el asunto estaba claro desde el primer momento: era “un atentado, sin duda alguna concebido ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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en Londres y, probablemente, realizado por legitimistas bávaros”. Y ambos llegaron a la conclusión de que Hitler habría muerto si no hubiera abandonado el acto antes de lo que estaba previsto. Goebbels escribió el 9 de noviembre de 1939 que: “Él está sin duda bajo la protección del Todopoderoso. No morirá hasta que no haya cumplido su misión”. En los Diarios de Goebbels se puede leer que la cúpula dirigente nazi estuvo dando palos de ciego sin encontrar quién o quiénes habían planificado el atentado. Pero este hecho no impidió que la propaganda culpara al servicio secreto británico y al disidente del nazismo Otto Strasser con titulares como “Otto Strasser das Werkzeug das englischen Geheimdienstes: Wiederholte Anschläge auf den Führer” y “Captain Stevens sagt aus: Intelligence Services organisierte 1937-1938 Schills-Sabotageake”, cuya traducción al español es: “Otto Strasser, la herramienta del Servicio Secreto Británico. Repetidos atentados contra el Führer” y “El capitán Stevens organizó entre 1937-1938 los actos de sabotaje” (8). La reacción en Londres se resume en un comentario breve pero contundente y significativo: “Mala suerte”. Los británicos se equivocaban porque pensaban que todo era cuestión de tiempo y que los alemanes acabarían deshaciéndose de su espantoso régimen (9). Uno de los heridos en el atentado fue Friedrich Braun, el padre de Eva Braun, la amante de Hitler. Probablemente fue Eva Braun, a través del fotógrafo para el que había trabajado, Heinrich Hoffmann, quien consiguió una entrada para que su padre viera y escuchara al Führer (10). Cuando Hitler llega Berlín saca la conclusión de que la divina Providencia le había salvado. Hacia las 22:00 horas, el adjunto del Reichsführer SS Himmler y segundo al mando de las SS, Reinhard Heydrich, llama al jefe de la policía de Berlín, Arthur Nebe, y le ordena acudir a Munich para abrir una comisión de investigación. El mismo Himmler había informado al jefe del contraespionaje alemán, Walter Schellenberg, que se sospechaba que tras el atentado estaba el servicio secreto británico. Arthur Nebe creó dos grupos de investigación: el primero se encargaría de investigar las circunstancias del asesinato, mientras que el segundo buscaría a los autores. La noche del atentado, la seguridad corría a cargo del Leibstandarte Adolf Hitler, bajo el mando del teniente coronel de las SS Christian Weber. Los trabajos en la Bürgerbräukeller permitieron descubrir restos de una bomba artesanal y un temporizador. El tipo de explosivo era el habitual en las minas, y el autor había usado placas de estaño y corcho de un modelo poco habitual. ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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La policía interrogó a un relojero que recordaba haber vendido dos relojes, del mismo tipo que el usado en la bomba, a un joven suabo. También fue interrogado el comerciante que vendió las placas de corcho. Por último, la investigación llevó a un cerrajero que había prestado su taller a un joven suabo para trabajar en "algo de su invención". La descripción

física que los tres hombres hacían de ese joven era

idéntica. A raíz de estas investigaciones, la policía descubrió que un hombre joven, de origen suabo, había sido visto las últimas semanas, todas las noches, cenando en la Bürgerbräukeller, y a menudo había sido sorprendido en los lavabos tras la hora del cierre. Heinrich Müller, jefe de la sección IV de la Gestapo, recibió un telegrama que le informaba de la detención de un joven suabo, que correspondía a la descripción hecha por los comerciantes, en Kreuzlingen cerca de la frontera con Suiza, donde se disponía tomar un ferry para cruzar el lago hacia Constanza. Como resultado de este atentado fallido contra el Führer, cientos de judíos fueron detenidos en varias ciudades alemanas, algunos estuvieron en las cárceles o en campos de concentración (11). La detención de Elser Elser ya había sido detenido por pura casualidad, a las 20:45, en la aduana de Constanaza, muy cerca de la frontera suiza. Fue una detención rutinaria de un individuo que intentaba cruzar la frontera clandestinamente. Pocas horas después, los funcionarios de fronteras empezaron a relacionar a Elser con el atentado a Hitler, por haber encontrado en sus bolsillos una tarjeta postal de la cervecería Bürgerbräukeller con una columna marcada con una cruz roja, un fragmento de detonador y una insignia del Roter Frontkämpfferbund (Asociación de Luchadores del Frente Rojo, partido de filiación comunista). Georg Elser afirmó enseguida que él no tenía nada que ver con el atentado de Munich. Para Arthur Nebe, Elser no era más que un simple peón que formaba parte de una conspiración mucho mayor, que, según él, estaba organizada por el servicio secreto británico. Desde el puesto fronterizo fue trasladado a la ciudad de Munich para ser interrogado por la Gestapo. Allí continuó negando su participación en el atentado a pesar de las muchas pruebas que había en su contra (como, por ejemplo, los rasguños que tenían ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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sus rodillas

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por haber permanecido muchas horas arrodillado excavando en la

columna). Tras ser torturado, la noche del 12 al 13 del mes de noviembre, cinco días después de su detención, por fin, el día 14 de noviembre confesó ser el autor material del atentado. Días después, hizo un relato completo y minucioso, contando todos los detalles de cómo había construido la bomba y los motivos que le habían impulsado a cometer el atentado contra Hitler. Además, se mostraba muy orgulloso de haber fabricado la bomba él solo, sin ayuda de nadie más. Incluso se le aplicó el suero de la verdad y hasta fue hipnotizado durante los interrogatorios, pero sus respuestas eran siempre las mismas: el atentado lo había planificado y llevado a cabo él solo, sin colaboración con agentes británicos. Tras la confesión de Munich, Elser fue llevado a la sede de seguridad del Reich, en Berlín, donde volvió de nuevo a ser torturado. El Reichsführer SS, Heinrich Himmler no creía que un joven carpintero suabo, solo y sin apenas medios y formación apropiada, hubiera estado tan cerca de matar al Führer, sin contar con cómplices. Sin embargo cuando se le pidió que construyera un segundo ejemplar de su bomba, con su mecanismo temporizador, para demostrar que había actuado sólo y sin ayuda extranjera, así lo hizo, recreando su propio invento ante el asombro de sus interrogadores. El propio Heinrich Himmler, irritado con la situación, se encargó de torturar, personalmente, a Georg Elser, tal y como lo menciona el historiador alemán Peter Longerich, biógrafo del siniestro Himmler y director del Centro de Investigación sobre el Holocausto e Historia del Siglo XX en Royal Holloway (Universidad de Londres): “Le interrogó y le pegó” (12). También Roger Moorhouse narra este hecho: “Con terribles insultos, hundió con fuerza sus botas en el cuerpo de Elser, que estaba esposado. Después hizo que un agente de la Gestapo lo sacara… y lo llevara a los servicios… donde fue azotado con un látigo o un instrumento similar hasta que aulló de dolor. Después lo volvieron a llevar a toda prisa ante Himmler, que una vez más lo pateó e insultó” (13). Arthur Nebe (1894-1945), que era jefe de la Kripo (la policía criminal), fue incapaz de proporcionar a Hitler una conexión entre Elser y los británicos. El caso fue traspasado a Heinrich Müller, pero ni él ni el resto de las autoridades que investigaron pudieron encontrar conspiración alguna, y asumieron que Elser decía la verdad y que había actuado solo. Elser permaneció en Berlín hasta 1941. Cuando se invadió la Unión ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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Soviética (22 de junio de 1941), fue trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen, donde compartió un barracón con otros presos “especiales” como el pastor protestante de la Iglesia de la Confesión Martin Niemöller, el francés Léon Blum, el antiguo canciller de Austria Kurt von Schuschnigg y el dirigente del PSOE Francisco Largo Caballero. En febrero o marzo de 1944 fue trasladado al campo de Dachau, donde ocupaba varias celdas, desde la 81 a la 83, en un edificio especial llamado el Bunker, donde volvió a coincidir con el pastor Martin Niemöller (1892-1982). En el Bunker de campo, una prisión dentro de otra prisión, Georg Elser estaba aislado y vigilado en todo momento por un SS. En ambos campos donde estuvo preso recibió trato de “prisionero privilegiado” (14). El 5 de abril de 1945, el SS-Obergruppenführer Ernst Kaltenbrunner, jefe de la Policía de Seguridad (Sicherheitspolizei) apareció en el búnker del Führer (Führerbunker) para informar sobre la situación de la guerra. Hitler y Himmler, conjuntamente, ordenaron que fueran ejecutados los considerados “prisioneros especiales” de Dachau. El jefe de la Gestapo, SS-Gruppenführer Heinrich Müller, transmitió, ese mismo día, la orden al Obersturmbannführer Eduard Weiter (1889-1945), que fue jefe administrativo de varias unidades SS antes de ser nombrado comandante del campo de concentración de Dachau en noviembre de 1945. Cuatro días después, el día 8 de abril de 1945, a medida que los aliados estrechaban el cerco, un mes antes de la derrota final del Tercer Reich, fueron asesinados los sospechosos de traición, entre ellos el almirante Canaris, el pastor Dietrich Bonhoeffer y George Elser. Un oficial de las SS, llamado Theodor Heinrich Bongartz, ejecutó a Elser cerca del crematorio disparándole un tiro en la nuca (15). Durante bastante tiempo la mayoría de los nazis pensaron, equivocadamente, que detrás de Elser había un conglomerado de elementos diversos, e incluso, opuestos, formado por comunistas alemanes, los servicios secretos británicos y el “Frente Negro”, que era una curiosa organización dirigida por un ex nazi llamado Otto Strasser (1897-1974), un antiguo socialdemócrata que, en 1925, se había afiliado al partido nazi y del que fue expulsado en 1930. Otto Strasser era el hermano pequeño de Gregor Strasser (1892-1934) que fue asesinado el 30 de junio de 1934, en la llamada Noche de los Cuchillos largos. Hitler siempre sospechó que detrás del atentado de Munich estaba Otto Strasser, al que consideraba “un instrumento” del servicio secreto británico, al igual que Goebbels. Esa fue la idea que se divulgó por la prensa (16). El ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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“Frente Negro” era donde se refugiaban muchos disidentes del nazismo. Su ideología resulta inclasificable porque era una extraña mezcolanza de nacionalismo extremo, anticapitalismo, socialismo, cristianismo, anarquismo, antisemitismo, más algunas ideas procedentes del nazismo. Actualmente sus ideas constituyen una fuente de inspiración para algunos grupos antisistema. Konstanze von Schulthess, la hija póstuma del famoso coronel von Stauffenberg, en una entrevista periodística, opina de Georg Elser

que fue un hombre “valiente y

solitario” (17).

3. LA ROSA BLANCA La Rosa Blanca (en alemán. Die weiße Rose) fue un pequeño grupo de resistencia estudiantil antinazi organizado en el entorno de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, que no contaba con una estructura fija. Estaba formado, en su núcleo central, por cinco estudiantes universitarios amigos del estudiante de medicina Hans Scholl y de su hermana Sophie, todos ellos muy jóvenes, pacifistas y cristianos, que abogaban por la resistencia no violenta contra el régimen. Su actividad política consistía en escribir y difundir panfletos y pintar eslóganes en los muros y las fachadas de algunos edificios de Munich contra la dictadura hitleriana. Los jóvenes que formaban La Rosa Blanca pertenecían todos al mundo universitario, uno de los ámbitos donde la nazificación de la juventud había alcanzado uno de los mayores éxitos. Antes de la aparición de la Rosa Blanca, en la ciudad de Berlín, un joven llamado Helmuth Hübener, que escuchaba las emisoras de radio extranjeras, empezó a escribir panfletos, aproximadamente redactó unos 60 textos, que iba depositando en los buzones y en las entradas de las casas, en el invierno de 1941-1942. Pero tanto Helmuth Hübener como sus amigos y colaboradores fueron denunciados y detenidos y, pesar de que el muchacho era menor de edad y tenía tan solo 17 años, fue condenado a muerte y ejecutado en la guillotina en la prisión berlinesa de Plötzensee, el 27 de octubre de 1942 (1). Este mismo método de oposición también lo usaron la pareja formada por Otto y Elise Hampel, después de que la mujer perdiera un hermano en el frente francés. Este ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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matrimonio escribía a mano postales y cartas con consignas contra la guerra, que, después, repartía por los buzones, las escaleras de las viviendas o las ventanas. Llegaron a escribir unas 276 postales, que solían acabar casi siempre así: “Haz circular esta postal para que la lea mucha gente”. Finalmente fueron también denunciados a la Gestapo y ejecutados. El novelista Hans Fallada (1893-1947, cuyo nombre verdadero era Rudolf Wilhelm Friedrich Ditzen), autor de un relato autobiográfico titulado “El bebedor”, y un hombre que conocía muy bien las cárceles nazis y el manicomio de Strelitz, donde estuvo internado entre el 4 de septiembre de 1944 y el 13 de diciembre de ese mismo año, por su alcoholismo y su adicción a la morfina y a la cocaína, escribió, en 1947, su novela “Solo en Berlín” (cuyo título en alemán es: “Jeder stirbt für sich allein”) inspirándose en la triste historia de los esposos Otto y Elise Hampel, que, en su libro, reciben los nombres de Otto y Anna Quangel. Esta novela fue calificada por Primo Levi como el mejor libro que se haya escrito sobre la resistencia antinazi en Alemania. Después de la Segunda Guerra Mundial, Fallada empezó a colaborar en la Asociación Cultural

para

la

Renovación

Democrática

de

Alemania,

(Kulturbund

zur

demokratischen Erneuerung Deutschlands), que integraba a escritores que no habían emigrado y que no se habían dejado asimilar por el régimen nazi. Uno de los máximos dirigentes de esta organización, su amigo el poeta Johannes R. Becher, le propuso a Hans Fallada que escribiera sobre un matrimonio de Berlín que fue condenado a muerte por haber escrito postales y cartas contra el nazismo. Con este fin se entregaron a Fallada las actas del proceso contra el matrimonio Otto y Elise Hampel, dos personas insignificantes que iniciaron, según palabras de Hans Fallada, “una lucha contra la monstruosa maquinaria del Estado nazi que acabó convirtiéndose en algo grotesco: el elefante se sintió amenazado por el ratoncito” (2). El argumento de esta novela de Hans Fallada, considerada una obra maestra de la literatura alemana, es el siguiente: En el año 1940 la cartera, Eva Kluge, le entrega al matrimonio Quangel una carta con la noticia de la muerte de su único hijo en el frente occidental, en Francia. Para los esposos Quangel el golpe es insoportable. Son dos personas corrientes, sin ninguna posibilidad de hacer nada contra el régimen nazi, pero ¿van a quedarse con los brazos cruzados cuando una guerra injusta les ha arrebatado a quien más querían, a su amado hijo? Es entonces cuando Otto Quangel empieza a escribir y a distribuir tarjetas postales por toda la ciudad contra Hitler denunciando la barbarie nazi, con la intención de que sean leídas y que la gente sencilla deje de ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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apoyar el régimen nacionalsocialista. El gesto solitario de Otto Quangel constituye un acto suicida que acabará pagando con su propia vida. Su esposa Anna, indecisa al principio, acabará apoyando a su marido. Con un estilo preciso el autor nos va describiendo el miedo que se ha adueñado de los habitantes de Berlín, el temor que inspiran los chivatos y los soplones, que están al acecho por todas partes, en un ambiente saturado de terror, traición y delación. Finalmente, Hans Fallada nos relata la detención, la tortura, el proceso y la muerte de los dos protagonistas de su novela (3). Como vamos diciendo, la mayoría de los integrantes de la Rosa Blanca estudiaba medicina en la Universidad de Munich. Los hermanos Hans y Sophie Scholl, de veinticuatro y veintiún años respectivamente, lideraban al grupo, del que formaban parte Christoph Probst, de veintitrés años, que rechazaba la doctrina nazi basándose en su profunda formación cristina y humanista. Probst era hijo de padres separados. Su padre, profesor de sánscrito, que se había vuelto a casar con una judía, se suicidó en 1936 por las presiones a que era sometido. Probst estaba casado y era padre de dos niños. Alexandre Schmorell tenía veinticinco años era hijo de madre rusa y padre alemán y practicaba la religión ortodoxa rusa y, finalmente, Willi Graf, que también tenía veinticinco años, un activista comprometido en las filas del movimiento juvenil católico. Se les unió un profesor de filosofía de ideas conservadoras, Kurt Hubert, que tenía cuarenta y nueve años y fue quien preparó los dos penúltimos panfletos. El profesor Hubert ejerció una gran influencia sobre estos jóvenes estudiantes gracias, sobre todo, a los cursos y conferencias que dio sobre el pensamiento de Liebniz (4). Algunos estudiantes enseguida mostraron su apoyo al grupo: Traude Lafrenz, enamorada de Hans Scholl, Gisela Schertling, Katharina Schüddekopf y Hubert Furtwängler, además del arquitecto Manfred Eickenmeyer y el pintor Wilhelm Geyer. En cuanto a la autoría de las octavillas hay que decir que los panfletos I, II, III y IV fueron redactados por Hans Scholl y Alexander Schmorell. En la redacción del panfleto V, además de Hans Scholl y Alexander Schmorell, interviene el profesor Kurt Hubert. El panfleto VI está escrito en solitario por Kurt Hubert. Y el panfleto VII es obra de Christoph Probst y fue escrito en la noche del 28 al 29 de enero de 1943, dos días antes de la rendición de Von Paulus en Stalingrado. La historia es como sigue: cuando estaba estudiando en la Universidad de Munich, el joven estudiante de medicina Hans Scholl, recibió una carta anónima que contenía uno de los sermones prohibidos del obispo de Münster Clemens August von Galen, que ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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había condenado públicamente el asesinato de enfermos y deficientes mentales que se llevaba a cabo en el llamado Programa “T4”: “Nunca y bajo ninguna circunstancia era legítimo matar vida humana inocente”. También denunciaba los abusos y arbitrariedades del régimen nazi: “El ciudadano alemán se ve impotente y desprotegido ante la superioridad física de la Gestapo. Nadie de nosotros puede estar seguro de no ser víctima de un repentino registro domiciliario y terminar en las mazmorras de la policía secreta del Estado” (5). Las homilías de Von Galen se multicopiaban y se difundían de forma clandestina en muchas iglesias alemanas, tanto en las católicas como en las protestantes. Hans Scholl, al comprobar que también había otras personas que compartían sus mismas ideas antinazis, que no estaba solo, decidió ir al encuentro de varios de sus amigos y compañeros de estudios que pensaban igual que él. Fruto de estos encuentros sería la formación de un grupo de jóvenes antinazis que sería bautizado como “La Rosa Blanca” (6). Los muchachos de la Rosa Blanca, estudiantes de medicina y, por tanto exentos de realizar el servicio militar, aunque obligados a trabajar en los hospitales y demás instalaciones sanitarias del ejército, habían conocido diversos escenarios bélicos. Habían estado tanto en el frente francés como en el frente oriental. Habían sido testigos de algunos de las numerosas atrocidades que los nazis cometieron, tanto en el campo de batalla como contra la población civil rusa y polaca. También tuvieron que presenciar las persecuciones que los nazis llevaron a cabo contra los judíos. De todos estos horrores era Willi Graf quien tenía perfecto conocimiento de las atrocidades cometidas por las unidades especiales del SD porque había servido como sanitario en varios frentes, y había visto, con sus propios ojos, la guerra de exterminio que se estaba llevando a cabo en el frente oriental y las matanzas que las SS perpetraban en la retaguardia (7). Y, por supuesto, todos ellos eran conscientes de que la derrota militar que la Wehrmacht había sufrido en Stalingrado llevaría al Tercer Reich, finalmente, a perder la guerra, esto último era una realidad que todos presentían. La rendición de Von Paulus en Stalingrado, ante los rusos, aparece reflejada en el último panfleto del grupo, que se dirigía exclusivamente a los estudiantes de la Universidad de Munich a los que se exhortaba a levantarse contra la criminal dictadura nazi con estas palabras: Actualmente,

Alemania

entera

está

asediada

como

lo

estuvo

Stalingrado. ¿Acaso deben serle sacrificados todos los alemanes a ese ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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mensajero del odio y de la voluntad destructora? A él, que martirizó a los judíos hasta la muerte, que exterminó a la mitad de los polacos, que quiso destruir Rusia; a él, que os arrebató la libertad, la paz, la felicidad familiar, la esperanza y la alegría y, a cambio, os dio dinero infraccionario. ¡Esto no debe, no puede sucede! Hitler y su régimen deben caer para que Alemania pueda seguir viviendo. Decidíos: Stalingrado y el hundimiento, o (…) un futuro esperanzador. Y cuando os hayáis decidido, entonces actuad (8). El grupo se fue formando en el verano de 1942 y, poco a poco, fue adoptando una postura cada vez más enérgica contra Hitler, sobre todo a partir de febrero de 1943, que es cuando fueron repartiendo las dos últimas series de folletos y

pintaron

eslóganes antinazis por toda la ciudad de Munich, principalmente alrededor de la Universidad. En las pintadas repitieron, hasta setenta veces, la consigna “Abajo Hitler”. También escribieron en algunos muros “Libertad” y “Hitler, asesino en serie”, o, mejor, “Asesino de masas” (“Massenmürder”). La Gestapo empezó a hacer sus investigaciones, pero, a pesar de no saber quienes estaban detrás de dichas pintadas, comenzó a sospechar que sus autores formarían parte de los estudiantes de la Universidad (9). La última distribución de panfletos tuvo lugar precisamente en la propia Universidad, el día 18 de febrero de 1943, a la salida de clase de los estudiantes. Con la mayoría de los folletos ya repartidos en lugares importantes, la joven Sophie Scholl tomó la decisión de subir las escaleras hasta el segundo piso del edificio y lanzar, desde allí, los cien últimos panfletos, en forma de lluvia, sobre los estudiantes que en ese momento salían de sus clases. Desgraciadamente fue vista por un bedel, que era miembro del partido Nazi, quien ordenó cerrar todas las puertas y que alertó, mediante una llamada telefónica, a la policía secreta del Estado. Fue así como fue arrestada junto con su hermano Hans. Los otros miembros activos de grupo cayeron pronto en una posterior redada, y tanto el grupo como todo aquel que había tenido alguna relación con ellos fueron interrogados y arrestados. Los hermanos Scholl y Christoph Probst fueron los primeros en comparecer ante el tribunal, el 22 de febrero de 1943. Se les encontró culpables “de crimen de alta traición”, “complicidad con el enemigo” y “desmoralización de las fuerzas militares”. En ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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palabras del fiscal general Lautz, el asunto fue considerado “El peor caso de alta traición en materia de propaganda que el Reich ha conocido desde la guerra”. Roland Freisler, el Juez Supremo del Tribunal del Pueblo de Alemania, uno de los asistentes a la “Reunión” de Wansee donde se decidió la “Solución Final”, el exterminio total de los judíos europeos, condenó a los dos hermanos Scholl a morir ejecutados en la guillotina ese mismo día. Los otros tres miembros restantes del grupo también fueron decapitados, unos meses más tarde, en el verano de 1943. Amigos y colegas de la Rosa Blanca, todos aquellos que habían ayudado en la preparación y distribución de folletos, así como los que habían recaudado dinero para la viuda e hijos pequeños de Christoph Probst, también fueron sentenciados a varias penas de prisión

que

oscilaban desde los seis meses a los diez años. La Rosa Blanca estaba basada en el humanismo cristiano occidental, rechazaba el militarismo prusiano de la Alemania hitleriana, y creía en una Europa federada adherida a los principios cristianos de la libertad, tolerancia y justicia. Su mensaje era a la vez ético y político En el quinto panfleto se recomendaba el federalismo, que era calificado con los adjetivos de “sano” y “fuerte”. Es decir, se anhelaba una Alemania democrática y federada. Citaban ampliamente a la Biblia (concretamente unos versos del Eclesiastés, 4, 1-2), a Goethe, a Friedrich Schiller, a Lao Tse, a Aristóteles (en concreto, algunos pasajes del libro V de su Política, 1313 b, 7-10) y a Novalis. En el Panfleto I aparece la palabra “Hybris”, concepto que en la Antigua Grecia designaba la desmesura, la prepotencia, el creerse un ser semejante a una divinidad… Era la antítesis de la moderación, de tal manera que todo aquel individuo dominado por la “Hybris” era castigado por los dioses, tal y como se ve en las tragedias de los tres grandes poetas dramáticos helenos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. El contexto donde está escrita la palabra “hybris” es en un llamamiento a la resistencia pasiva contra la guerra “antes de que la última juventud del pueblo se haya desangrado en algún lugar por la hybris de un infrahombre”. El panfleto III está encabezado por una cita, en latín, de Cicerón: “Salus publica suprema lex”, cuya traducción es: “El bien público es la ley suprema”. Los miembros de la Rosa Blanca apelaban a lo que ellos consideraban la “intelligentsia” alemana, creyendo que ésta sería intrínsecamente contraria al Nazismo. Hacían un llamamiento a la conciencia de los jóvenes universitarios alemanes, quienes debían de dar ejemplo de buena conducta y participar en el futuro de su país. Por eso en las líneas finales de tus textos aparecen llamadas que se van repitiendo en más de un panfleto: “Libertad! ¡Libertad!. Por favor, ¡reproduzca esta hoja con todas las copias ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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que pueda y distribúyala!”. “Por favor, ¡reprodúcelo y difúndelo!”. “¡Apoyad el movimiento de resistencia, distribuid los panfletos!” (11). Al principio, los folletos se distribuyeron mediante envíos masivos por correo, en diferentes ciudades de Baviera y de Austria, ya que creían que el sur de Alemania, mayoritariamente católico, sería más receptivo a su mensaje anti-militarista. Con la caída de la Alemania nazi, La Rosa Blanca pasó a representar la oposición a la dictadura hitleriana en la mente de muchos alemanes y se acabó convirtiendo en uno de los símbolos de la resistencia a la cruel tiranía nazi. Su historia se hizo tan conocida que el conocido compositor Carl Orff (1895-1982), compositor nacido en Munich, músico influenciado por Richard Strauss, Claude Debussy e Igor Stravinsky, autor de la maravillosa obra “Carmina Burana”, una obra muy popular durante el régimen nazi, y de otras dos cantatas, de estética similar, “Catulli Carmina” y “El triunfo de Afrodita” y pedagogo musical declaró (según algunos falsamente) a sus interrogadores encargados de la desnazificación de Alamenia , que fue un miembro fundador de La Rosa Blanca, siendo por ello liberado. Aunque conocía personalmente al profesor Huber y era amigo suyo (12), no hay indicios evidentes (salvo las palabras del propio Orff) de que el famoso compositor estuviera realmente involucrado en las actividades antinazis de este movimiento estudiantil, por lo que es posible que su afirmación fuera una mentira y no tuviera otra razón de ser que evitar la cárcel. A todo esto hay que añadir que la esposa de Kurt Hubert pidió a Carl Orff que usara su influencia, ya que se obra “Carmina Burana” fue muy popular y obtuvo mucho éxito en la Alemania nazi, para intentar salvar a su marido, pero el músico se negó alegando de que si se llegara a saber que él había sido amigo de Hubert acabaría “arruinado”. Poco después, un Carl Orff arrepentido y lleno de remordimientos, escribió una carta a la viuda del profesor Hubert suplicando que le perdonara… La plaza donde se encuentra la fachada del edificio principal de la Universidad de Múnich ha sido bautizada "Geschwister-Scholl-Platz" (Plaza de los hermanos Scholl), en recuerdo de Hans y Sophie Scholl, y la plaza contigua lleva el nombre de “Professor-Huber-Platz”. Delante de la fachada principal de la Universidad hay un pequeño recordatorio-homenaje a todos los integrantes de este grupo antinazi, consistente en varias placas de cerámica que reproducen algunas de las octavillas que sus integrantes escribieron junto con retratos de todos los miembros de la Rosa Blanca. Estas placas están colocadas entre los adoquines del suelo, como si fueran ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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panfletos arrojados allí espontáneamente. Varios colegios, calles, y lugares en toda Alemania actualmente reciben nombres en memoria de los miembros de la Rosa Blanca. Sophie Scholl Sophie Magdalena Scholl había nacido el día 9 de mayo de 1921 en Forchtenberb, Baden-Wurtemberg, Su padre era el alcalde de Forchtenberg am Kocher cuando ella nació, siendo Sophie la cuarta de cinco hermanos. Comenzó el colegio con siete años y vivió con una infancia muy feliz y libre de preocupaciones. En el año 1930 se trasladó, junto con su familia, a Ludwigsburg y, dos años más tarde, a la ciudad de Ulm, donde su padre abrió una oficina de consultoría de negocios. En 1932, Sophie Scholl comenzó secundaria en un colegio para chicas. A los doce años de edad se le invitó a participar en la Liga de Jóvenes Alemanas, Bund Deutscher Mädel, (conocida por las siglas BDM), organización femenina de las Juventudes Hitlerianas, al igual que la mayoría de sus compañeras de clase, porque, a partir de 1936, la afiliación a dicha organización era obligatoria. Su hermano Hans, cuando era un adolescente de 14 años, había intentado afiliarse a las Juventudes Hitlerianas, lo que le ocasionó fuertes enfrentamientos con su padre, pero tras varias conversaciones con su madre, Magdalene Scholl, que no quería “perjudicar a los chicos”, los jóvenes Scholl recibieron finalmente el permiso paterno para apuntarse a estas organizacines nazis. Hans contagió a su hermana su entusiasmo por las Juventudes Hitlerianas. Sin embargo, su entusiasmo inicial fue transformándose, gradualmente, en actitud crítica cuando escuchaba a su padre que tenía amigos judíos y que les hablaba de que Hitler “estaba en guerra contra su propio pueblo” y, al mismo tiempo, les hablaba de las condenas sin juicio y de los campos de concentración. La joven Sophie fue madurando, conociendo nuevos ambientes, escuchando música “swing”, que estaba prohibida al ser considerada, por el régimen nazi, como “música degenerada para negros”. Hay que añadir que algunos jóvenes alemanes, amantes de la música “swing”, empezaron a manifestar su oposición a los principios militaristas y racistas de las Juventudes Hitlerianas (Hitler Jugend) y fueron agrupándose en lo que se conoce como Edelweis Piraten, todos estos grupos de chicos y chicas rehusaban participar en las actividades de la juventud nazi. “Los Piratas del Edelweis” desarrollaron una ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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estética peculiar: llevaban el pelo largo, camisa de colores vivos y calcetines blancos, pañuelo rojo atado al cuello y una especie de insignia que formaba la flor edelweis hecha con agujas de varios colores. Cantaban canciones antinazis y canciones de compositores judíos prohibidas por el régimen. Los “piratas” de Colonia ofrecieron refugio a desertores del ejército, judíos o prisioneros escapados de los campos de concentración, también se reunían para escuchar la BBC. La mayoría de estos jóvenes rebeldes acabaron detenidos y confinados en reformatorios o en campos de concentración bajo la acusación de ser unos elementos antisociales o, bien, unos simples delincuentes (13). Un día la Gestapo se presentó en el domicilio familiar de los Scholl, de malas maneras, sin dar explicaciones y sin una orden judicial, para realizar un registro. Se llevaron detenido a Hans bajo la falsa acusación de “asociacionismo indebido”… A Sophie Scholl el arresto de su hermano y amigos en 1937, por participar ilegalmente en el Movimiento Católico de las Juventudes Alemanas la marcó fuertemente. Comprendió la visión agresiva del nazismo y, desde ese momento, se hizo una tenaz opositora al gobierno de Hitler. Es a partir de ese momento cuando todos los hermanos Scholl empezaron a distanciarse de todas las organizaciones nazis, además, la Noche de los Cristales Rotos les hizo abrir definitivamente los ojos (14). La joven Sophie empezó a compartir el punto de vista también crítico de su padre, de sus amigos y de algunos de sus profesores. Era una joven alegre, enamorada de Friedrich Hartnagel, Fritz, que tenía cuatro años más que ella. Le gustaba la música clásica y bailar con la música americana, que estaba prohibida. Era una apasionada lectora de los libros perseguidos por los nazis, la mayoría de los cuales habían sido quemados en muchas plazas públicas de las ciudades alemanas. Admiraba al poeta judío Heinrich Heine, que el ministro de Propaganda Goebbels había prohibido en 1933 y cuyos libros fueron quemados públicamente, al poeta Stefan George (que fue maestro de los tres hermanos von Stauffenberg), a Rainer María Rilke, al novelista judío Stefan Zweig. Leía a autores como Platón, para conocer el pensamiento de Sócrates, Los Pensamientos de Pascal, el chino Lao Tse, Buda, El Corán, los poemas del escritor católico francés Paul Claudel, las novelas “Diario de un cura rural” de Georges Bernanos y novela La Montaña Mágica del gran novelista alemán Thomas Mann, antinazi exiliado en Suiza y

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Premio Nóbel de Literatura… También leía a autores cristianos, como San Agustín, tal y como escribe el día 10 de abril en su Diario: Por las noches, cuando los demás se cuentan chistes, leo los escritos de Agustín. Tengo que leer despacio, pues tengo dificultad para concentrarme (15). En la pared al lado de su cama colocó una hoja de papel con unos versos sacados de una obra teatral de Goethe, versos que parecen anticiparse a su trayectoria vital: Feiger Gedanken, Bängliches Schwanken, Weibisches Zagen, Ängtliches Klagen, Wendet kein Elend, Macht dicht nicht frei.

Allen Gewalten Zum Trutz sich erhalten, Nimmer sich beugen, Kräftig sich zeigen, Rufet die Arme Der Götter herbei! Su traducción al español es: Pensamientos cobardes, titubeos miedosos, indecisiones como de mujer, ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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quejas temerosas no terminan con la miseria, ni te hacen libre. Mantenerse firme en el desafío a todos los poderíos, jamás doblegarse, mostrarse fuerte, ¡esto invoca el auxilio de los brazos divinos! (16). Los hermanos Scholl, como muchos alemanes, también leyeron “Mein Kampf”, un libro que no les gustó en absoluto y que calificaron de esta manera: La obra escrita en alemán más fea que pueda leerse, y que un pueblo llamado de poetas y de pensadores ha considerado su Biblia. Y describieron al nazismo como: (…) Esta gangrena, que llegaría a afectar a la nación entera, no fue plenamente descubierta desde su aparición, pese a que las mejores fuerzas del país se esforzaron entonces por limitarla. Pero muy pronto se amplió y finalmente, a consecuencia de una corrupción general, triunfó. El absceso reventó, infestando el cuerpo entero. Los antiguos adversarios se ocultaron, la élite alemana se mantuvo en la sombra (17). La joven Sophie tenía mucho talento para el dibujo y la pintura y, por vez primera, entró en contacto con los artistas plásticos que los nazis consideraban "artistas degenerados": los pintores Emil Nolde, Paul Klee y Franz Marc, cuyos “Caballos Azules” eran las obras favoritas de su hermano Hans Scholl. Igualmente era una ávida lectora, como ya hemos señalado, y con sus lecturas desarrolló un creciente interés por la Filosofía y la Teología. Todo ello constituía su mundo alternativo a los ideales ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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propugnados por el nazismo, que constituía un movimiento irracional, violento, fanático y antiintelectual. En la primavera de 1940 Sophie Scholl finalizó sus estudios de secundaria. El tema de su ensayo fue "La mano que mueve la cuna, mueve al Mundo". Le gustaban mucho los niños y comenzó a trabajar como profesora del Jardín de Infancia en el Instituto Fröbel de Ulm-Söflingen. Una de las motivaciones para elegir dicho empleo fue la esperanza

de

que

fuera

reconocido

como

un

servicio

alternativo

al

"Reichsarbeitsdienst" (Servicio Imperial del Trabajo), un requisito obligatorio para acceder a la Universidad. No fue así y, en la primavera de1941, comenzó un período de seis meses en el servicio auxiliar de la guerra como profesora de enfermería en Blumberg. El régimen de corte militar, al cual estaba sometida, le hizo reflexionar intensamente sobre la situación política y empezó a mostrarse partidaria de practicar la resistencia pasiva. Tras sus seis meses en el Servicio Nacional del Trabajo, en mayo de 1942 se inscribió en la Universidad de Munich como estudiante de Biología y Filosofía descartando estudiar Bellas Artes. Su hermano Hans Scholl, un joven muy atractivo, con un físico que, en algunas de sus fotografías, recuerda bastante al del actor norteamericano James Dean, que estaba estudiando medicina allí, le presentó a sus amigos, los cuales, aunque fueron conocidos a la larga por su postura política, inicialmente se reunían por su común interés por el arte, la música, la literatura, la filosofía y la teología. También tenían su importancia las excursiones en la montaña, esquiar y nadar. A menudo asistían a conciertos, representaciones de obras de teatro y conferencias. Todos procedían de familias burguesas. En el invierno de 1942

Hans Scholl y Alexander Schmorell

visitaron a Falk Harnack, por mediación de la bailarina, profesora de baile y pintora Lieselotte Ramdohr, llamada Lilo por sus amigos, que había sido novia suya. Falk von Harnack era miembro de una familia de teólogos e intelectuales de origen prusianoestonio, además de primo del pastor y teólogo Dietrich Bonhoeffer. Fue fundador, junto con Harro Schulze-Boysen y sus respectivas esposas, la estadounidense Mildred y la alemana Libertas, de otro grupo antinazi que es conocido como “La Orquesta Roja” (Die Rote Kapelle), formado por artistas, oficiales, obreros y estudiantes. “La Orquesta Roja” reunía a alemanes antinazis de todas las tendencias: cristianos, comunistas, ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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anarquistas y conservadores. Sus miembros estaban convencidos de que Alemania debía de establecer fuertes lazos con la Unión Soviética, por eso fue erróneamente acusado de ser un grupo de espías a favor de Rusia (18). Hay que añadir que la Orquesta Roja advirtió a la Unión Soviética que Alemania la atacaría el día 22 de junio de 1941, sin embargo esta advertencia fue rechazada por Stalin, que la calificó de “desinformación deliberada”. En Munich, Sophie buscaba dialogar con un buen número de artistas, escritores y filósofos, especialmente Carl Ruth, uno de los más importantes representantes del existencialismo católico alemán y Theodor Haeker, que fueron importantes contactos para ella por sus profundas creencias cristianas. La pregunta que más debatían era acerca de cómo debía actuar un individuo bajo una dictadura. Durante las vacaciones del verano de 1942, Sophie Scholl tuvo que realizar trabajos de guerra en una planta metalúrgica de Ulm. Al mismo tiempo, su padre estaba en prisión porque una empleada suya le había denunciado por oírle hacer comentarios negativos sobre Hitler y sobre la guerra, donde ponía en entredicho la victoria alemana. Sophie, preocupada por su padre, fue a pedir ayuda a su antigua líder de las Juventudes Hitlerianas. La respuesta de ésta le resultó inesperada y cruel: era necesario “fulminar a elementos” derrotistas como su padre. Finalmente el padre de Sophie fue condenado a cuatro meses de cárcel por sus “actividades antipatrióticas” en un juicio celebrado el día 3 de agosto de 1942 (19). Con su apariencia dulce, de muchacha sencilla y aniñada, bondadosa, inofensiva y tímida y su discreto atractivo, Sophie Scholl se encargaba de trasladar a otras ciudades propaganda y escritos del movimiento y ayudar a conformar células antinazis a nivel nacional. Al mismo tiempo, se buscaba, al enviar los sobres desde distintas ciudades, dar la sensación de que la Rosa Blanca era un grupo muy grande, una inmensa red que se extendía por muchos lugares de Alemania. Pronto la Gestapo, policía política nazi, orientó sus investigaciones contra el grupo aunque, de momento, no contaba con ninguna pista concreta. Tras un largo intervalo de inactividad, en la segunda mitad del mes de julio de 1942, la Rosa Blanca tomó una postura más enérgica contra Hitler. En febrero de 1943 se repartieron las dos últimas series de folletos y se pintaron eslóganes anti-nazis en toda la ciudad de Munich, principalmente en las puertas de la Universidad ("¡Fuera Hitler"). ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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La última distribución de panfletos tuvo lugar, precisamente, en la Universidad, la fatídica mañana del 18 de febrero de 1943, con el fin de coincidir con la salida de clase de los estudiantes, como ya hemos dicho. El día 18 de febrero de 1943, a las once de la mañana, Hans y Sofía Scholl cambiaron su manera de actuación y cometieron la temeridad de depositar montones de panfletos en los pasillos de la Universidad. Con la mayoría de los folletos ya repartidos en lugares importantes, Sophie Scholl tomó la imprudente decisión de subir las escaleras hasta lo alto del atrio y lanzar los últimos folletos sobre los estudiantes, tal como ya hemos dicho. Fue vista por un conserje, llamado Jacob Schmidt, miembro del partido Nazi, quien cerró las puertas del edificio de la universidad, encerrando a los hermanos Scholl, mientras llamaba por teléfono a la Gestapo, cuyos agentes arrestaron a los dos hermanos Scholl. De nada les sirvieron sus excusas y sus negativas porque cuando fue registrada su vivienda encontraron muchas pruebas en su contra. En la prisión fueron torturados e interrogados por la Gestapo. Las palizas le fracturaron una pierna a Sophie Scholl. El agente encargado de la investigación, Robert Mohr, que trataba de salvar a Sophie de una condena a muerte segura, intentó, en vano, convencer a la joven para que declarara que había sido utilizada por su hermano. Ésta, en cambio, afirmó que ella había actuado por propia convicción y que volvería a hacerlo si pudiera: “Sigo opinando haber hecho lo mejor para mi pueblo, precisamente en este momento. Por eso, no me arrepiento de mis actos y asumo toda la responsabilidad” (20). Mohr ya había ejercido en la brigada de investigación criminal de Munich y nunca aplicó los típicos métodos de la Gestapo. Los otros miembros activos cayeron pronto en sucesivas redadas. Los amigos de Hans y Sophie, y de los demás miembros del grupo, así como todo aquel relacionado con ellos, también fueron interrogados. En el proceso frente al Tribunal del Pueblo (Volksgerichtshof), los dos hermanos Hans y Sophie Scholl son condenados a muerte acusados de alta traición y de “intento de golpe contra el orden nacional-socialista”. Hans, un día antes de ser decapitado, le dice al histriónico y fanático juez Roland Freisler (un antiguo bolchevique reconvertido en exaltado nazi), cuya especialidad era burlarse y ridiculizar a los detenidos: "En poco tiempo más, será usted el que estará en nuestro lugar". Interrogado por la Gestapo sobre el origen del nombre del grupo, Hans Scholl responderá que fue elegido al “azar porque sonaba bien; puede ser que se me

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ocurriera porque acababa de leer el Romancero Español de Clemens Brentano que tiene por título La Rosa Blanca”. Los versos citados de Clemens Brentano son: Y la piadosa Rosa Blanca, con su cascada de rizos dorados, quiere pagar toda la culpa.

Lo que te queda, Rosa Blanca, dalo a los pobres o sacrifícalo, ¡Ve en nombre de Dios! (21). El día 22 de febrero de 1943, la primera es ser ejecutada fue Sophie Scholl. A continuación fue decapitado Christoph Probst y, finalmente, el último en morir fue Hans, en la prisión de Stadelheim, por el verdugo Johann Reichhart, que era otro nazi fanático que consiguió elevar su salario de 3.000 marcos anuales a 43.000 marcos al año. Antes de morir Hans Scholl gritó con toda la fuerza de su voz para poder ser oído por toda la cárcel “¡Viva la libertad!” (22). Según diversos testimonios Sophie Scholl avanzó erguida y sin miedo, con sus muletas y su pierna rota, a causa los brutales interrogatorios a que fue sometida por la Gestapo, mostrando una gran dignidad ante la visión de la guillotina. Sus últimas palabras fueron: “Sus cabezas caerán también”. En este centro penitenciario hay, actualmente, un memorial para recordar a todas las víctimas que fueron asesinadas en este lugar. Los dos hermanos Scholl fueron enterrados en el cementerio de Perlacher Forst, junto con Christoph Probst, Alexander Schmorell, Hans Leipelt y 3.996 víctimas de campos de concentración cuyos cadáveres fueron incinerados en el crematorio del cementerio (23). Las “actividades subversivas” de La Rosa Blanca fueron de calibre más bien escaso, pero en la terminología procesal nazi equivalían a “traición a la patria al favorecer al enemigo, preparación para la alta traición y desmoralización de las fuerzas armadas”. Con tales acusaciones, en el proceso-espectáculo que se orquestó por el régimen, el resultado fue que cinco de los componentes de la Rosa Blanca fueron condenados a morir en la guillotina. El día 21 de febrero del año 1943, el denominado Tribunal Popular (volksgerichtshof), que había sido fundado en 1934 y que era presidido por el fanático juez nazi Ronald Freisler, a quien el propio Hitler personalmente ha hecho ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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desplazarse desde Berlín a Múnich, los ha condenado a muerte con estas tremendas palabras: En tiempos de guerra, los acusados han hecho un llamamiento al sabotaje y al derrocamiento de la forma de vida nacionalsocialista de nuestro pueblo; han propagado ideas derrotistas y han insultado al Führer, con lo que han favorecido a los enemigos del Reich y han minado nuestra fuerza defensiva. Por tanto son condenados a muerte. Se les condena asimismo a la pérdida de sus derechos ciudadanos (24). En el año 1985 el Bundestag proclamó que el tristemente famoso Tribunal del Pueblo fue “Un instrumento de terror para la imposición del sistema arbitrario de dominio nacionalsocialista” (25). Durante el juicio la joven Sophie Scholl declaró: “Lo que nosotros dijimos y escribimos lo piensa mucha gente, sólo que no se atreve a decirlo en voz alta” (26). Palabras que evocan estos versos que el trágico griego Sófocles pone en labios de su heroína Antígona: “Se podría decir que esto complace a todos los presentes, si el temor no les tuviera paralizada la lengua. En efecto, a la tiranía le va bien en otras muchas cosas, y sobre todo le es posible obrar y decir lo que quiere” (27). Versos similares podemos encontrar en la tragedia de Eurípides “Ión”, son los 621632. Muchas personas, que pensaban como ellos, les apoyaron, nosotros podemos citar a Hans Conrad Leipelt, Marie-Luise Jahn, Hans Hirzel, Susanne Hirzel, la mejor amiga de Sophie Scholl y la única superviviente actual del grupo, Heinz Brenner, Franz J. Müller, Eugen Grimminger (1892-1986), casado con una judía llamada de soltera Jenny Stern y que ayudó a muchos judíos a huir de Alemania o a esconderse, Falk Dohrn, que era suegro de Christoph Probst, el arquitecto Manfred Eickemeyer, en cuyo estudio el grupo solía reunirse, el pintor Wilhelm Geyer, un pintor de Ulm que había pintado las vidrieras de una capilla de Munich y que alquiló el estudio de Eickemeyer y le dio la llave del mismo a Hans Scholl, así como el librero Josef Söhngen, cuyos sótanos sirvieron de almacén para las hojas. ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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En la prisión la Gestapo colocó a una prisionera política alemana, una comunista de nombre Elsa Gebel, para que espiase a Sophie, con la intención de obtener más nombres de otros miembros del grupo. Sin embargo Elsa Gebel fue captada por el movimiento y cambió sus convicciones sobre la dictadura de los nazis, a quienes no proporcionó ninguna información. Después de la guerra Elsa Gebel dirigió una carta a los padres de Sophie Scholl a quienes les escribió que en esos últimos cinco días de la vida de su hija había cambiado toda su forma de pensar y que el hecho de haber conocido a Sophie la había marcado para siempre. Inge Scholl, hermana de Hans y Sofía, escribe en su libro “Die Weisse Rose” (La Rosa Blanca) la farsa que fue el juicio que condenó a sus hermanos: La Sala estaba llena. Se veía por todos lados caras en tensión. Creí comprobar que la mayoría estaba pálida de temor, de un miedo que emanaba de la persona del juez (…). La escandalosa tendencia general del juez Freisler era presentar a los acusados como una mezcla de estúpidos y criminales, lo cual no era nada fácil al contemplar su personalidad (28). Extrañamente, a los Scholl y a Probst se les permitió compartir varios minutos solos antes de la ejecución. Las últimas palabras de Sophie, justo antes de ser guillotinada por los nazis, fueron: "Sus cabezas caerán también". Los otros miembros clave del grupo también fueron decapitados más tarde, aquel mismo verano. Los amigos y colegas de la Rosa Blanca, aquéllos que habían ayudado en la preparación y distribución de folletos, así como los que habían recaudado dinero para la viuda e hijos pequeños de Probst, todos fueron sentenciados a penas de prisión que varían entre los seis meses y los diez años. El 9 de octubre de 1943 se producen 30 detenciones en Hamburgo de bajo la acusación de formar parte de un grupo local de la “Rosa Blanca”, de los cuales 7 murieron en los campos de concentración. El día 7 de abril de 1945, Heinz Kucharski, del grupo de Hamburgo, es condenado a muerte por un Tribunal Popular de esta ciudad pero consigue huir en medio del caos reinante ante la inminente llegada de las tropas inglesas (29) Sin embargo la organización continuó. Elaboró un séptimo panfleto y creció en células clandestinas con el objeto de hacer crecer la resistencia contra el Régimen. El premio ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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Nóbel de Liteatura Thomas Mann leía los panfletos de la Rosa Blanca en sus alocuciones radiofónicas de la BBC dirigidas al pueblo alemán, para el gran escritor constituían un buen ejemplo de “coraje ciudadano” (30). A diferencia de otros grupos de resistencia antinazi, como el grupo formado en torno al conde Claus Schenk von Stauffenberg, que planificó el atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944, los miembros de La Rosa Blanca utilizaban la palabra escrita, no la acción violenta. Sus armas no fueron una bomba, sino unas simples hojas de papel. Su intención era despertar las conciencias, acabar con la abulia, persuadir a los posibles lectores de sus panfletos… Para el psicoanalista Heinz Kohut que realizó un estudio sobre el coraje humano, Stauffenberg y sus colaboradores serían unos “resistentes racionales”, mientras que los jóvenes estudiantes de la Rosa Blanca serían unos “héroes mártires”. Según Heinz Kohut los “resistentes racionales” son de gran interés para los historiadores, en la medida en que el impacto de sus acciones ejerce una influencia directa en el transcurso de los acontecimientos. Los “héroes mártires”, en cambio, constituyen un misterio porque consiguen superar cualquier impulso natural de supervivencia y sustituirlo por una armonía completa entre sus acciones y la proyección idealizada que constituye su Self, lo que les permite caminar hacia el cadalso sin perder el sentido del humor. Heinz Kohut descarta en ellos cualquier psicosis y no vacila en considerarlos de una salud psicológica extrema, muy superior a la media. Para Kohut sería la población alemana en masa y no los hermanos Scholl quienes estarían perturbados (31). Hay que decir que la resistencia antinazi en Alemania, a diferencia de lo que ocurría en los países ocupados,

era, en palabras de Hans Mommsem, “una

resistencia sin el pueblo” (32), es decir, desgraciadamente los resistentes alemanes eran extraños entre su propia gente. Durante los 12 años de régimen nazi muchos alemanes prefirieron poner en peligro su propia vida a hacerse cómplices de un sistema político dictatorial y criminal. De los más de 130.000 alemanes asesinados por los nazis (además de los 180.000 encarcelados o detenidos en los campos de concentración y los más de un millón que sufrieron interrogatorios o torturas por la Gestapo), algunos han pasado a la historia y conocemos sus nombres. Este es el caso de los militares y civiles que, con el valiente y audaz conde von Stauffenberg a la cabeza, atentaron contra Hitler el 20 de julio de ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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1944… Entre estos alemanes antinazis están también los jóvenes componentes del grupo La Rosa Blanca que pagaron con su vida su osadía y su atrevimiento al denunciar las atrocidades nazis con palabras y frases como éstas: Nada hay más indigno de un pueblo de cultura que dejarse “gobernar” sin resistencia por una camarilla irresponsable de regentes sometida a oscuros instintos (Fragmento del Panfleto I). … Desde la conquista de Polonia, trescientos mil judíos han sido asesinados de forma bestial en este país. Aquí vemos el más terrible crimen contra la dignidad del hombre, un crimen que no tiene parangón en toda la historia de la humanidad. Finalmente, también los judíos son seres humanos –sea cual sea la postura que uno adopte frente a la cuestión judía-, y contra seres humanos se ha cometido semejante crimen (…). ¿Cómo se enfrentará entonces al hecho de que la entera juventud aristocrática polaca haya sido aniquilada (¡quiera Dios que aún no lo haya sido del todo!)? ¿Y de qué manera, me preguntará usted, ha sucedido esto? ¡Todos los retoños varones de las familias nobles de entre quince y veinte años han sido llevados a campos de concentración en Alemania como trabajadores forzados, y a todas las chicas de la misma edad han sido enviadas a Noruega a los burdeles de la SS! (…) ¿Por qué el pueblo alemán se comporta con tanta apatía frente a todos estos crímenes repugnantes e inhumanos? (…) Pues con su apático comportamiento está dando a estos hombres siniestros la posibilidad de actuar de actuar como lo hacen… (…) No obstante, aún no es demasiado tarde para borrar del mapa el más repugnante de todos los abortos de gobierno a fin de no cargar todavía más culpa sobre nuestras espaldas (…). Pero ahora que los hemos conocido, debería ser el deber único y más elevado de todo alemán –es más, su deber más sagrado- aniquilar a estas bestias (Fragmentos del Panfleto II). ¡Alemanes! ¿Queréis que vosotros y vuestros hijos sufran el mismo destino que ha recaído sobre los judíos? ¿Queréis que os midan por el mismo rasero que a vuestros seductores? ¿Hemos de ser un pueblo odiado y repudiado por el mundo siempre? ¡No! Así que ¡separaos de la ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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infrahumanidad nacionalsocialista! ¡Demostrad por medio de la acción que pensáis de otra manera! (…) ¡Desgarrad el manto de indiferencia con el que os habéis cubierto el corazón! ¡Decidiros antes que sea demasiado tarde! (…) La Alemania venidera sólo podrá ser federal. Sólo un sano orden estatal federalista es capaz de insuflar aún hoy nueva vida a la debilitada Europa. Es preciso que la clase trabajadora se libere de su estado de infame esclavitud por medio de un socialismo razonable (…). Libertad de expresión, libertad de culto, protección del ciudadano ante la arbitrariedad de regímenes criminales: éstos son los fundamentos de la nueva Europa (Fragmentos del Panfleto V). El conde Helmuth von Moltke (1907-1945), miembro fundador y cabeza dirigente del llamado “Círculo de Kreisau” y una de las figuras más importantes de la Resistencia antinazi, logró hacer llegar el sexto panfleto de la Rosa Blanca a Inglaterra, donde el Premio Nóbel Thomas Mann lo leyó en la BBC (33). Los aliados lo imprimieron y miles de copias fueron lanzadas por los bombardeos británicos y americanos por las ciudades de toda Alemania. Después de la ejecución de los hermanos Hans y Sophie, toda la familia fue detenida, aunque no había participado en los hechos. Acabada la guerra, el novio de Sophie Scholl, Fritz, contraería matrimonio con Elizabeth Scholl, hermana de ésta. Fue juez de la República Federal Alemana y destacó por su militancia antimilitarista. Fritz Hartnagel había empezado a cartearse con la joven Elizabeth Scholl para transmitirle su dolor por la ejecución de su novia Sofía. Así lo explica la que luego fue su esposa: Yo sabía cuánto mi marido había querido a Sophie. Era nuestro común dolor. Además no nos enamoramos de buenas a primeras. El mismo dolor por la muerte de Sophie y Hans nos unió y formó la base de nuestra amistad, que más tarde se convirtió en amor. Y es que su primera novia, Sophie Scholl, marcaría para siempre la vida de Fritz Hartnagel: Muchas veces me he dicho a mí mismo: actúa y piensa como si Sophie estuviera contigo y te viera y escuchara. El hecho de que ella siempre fuera para mí la conciencia ordenadora es la principal razón por la que ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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estaba tan apegado a ella, máxime cuando entonces no había encontrado aún el camino a una mayor responsabilidad (34). El profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Ferran Gallego opina que: Hay más dignidad en la Rosa Blanca que en el movimiento del 20 de julio. Los estudiantes del grupo de los Scholl nunca jugaron a favor de la guerra de Hitler y sí muchos oficiales de Valkiria. Su intención no era volver al orden constitucional de Weimar tras eliminar a Hitler, sino implantar un gobierno tutelado por los militares. Menospreciaban a Hitler y les repugnaba el populismo nazi, pero odiaban la sociedad democrática de masas. El profesor Gallego, que explica la historia del fascismo, continúa diciendo: Pero en los primeros años de la guerra, antes de la brutalización en el Este

y

los

atisbos de

derrota,

muchos colaboraron

en

ella

entusiásticamente (35). En años posteriores, los hermanos Scholl fueron inmortalizados en el cine y en el teatro, siendo Lena Stolze, una joven actriz alemana, quien interpretaba a Sophie Scholl en "La Rosa Blanca”, “Die Weisse Rose”, de 1982, dirigida por

Michael

Verhoeven, que en los Estados Unidos se titulaba “The White Rose” y en "Sophie Scholl, Los últimos cinco días" donde se narran los últimos cinco días entre Sophie y Elsa Gebel. En febrero de 2005 una nueva película sobre la figura de Sophie Scholl salió a la luz. Se trata de “Sophie Scholl. Los últimos días”, dirigida por Marc Rothemund, donde la actriz Julia Jentsch, de gran parecido físico con la auténtica Sophie Scholl, interpreta a la joven estudiante antinazi. Esta premiada película está basada en entrevistas con supervivientes y transcripciones literales de documentos que permanecieron ocultos en los archivos de la RDA hasta 1990. Fue nominada al Óscar a la mejor película extranjera en 2006. También ha dado pie a una ópera, Weiße Rose, de Udo Zimmermann, con escenas para dos cantantes y conjunto instrumental, basadas en textos de Wolfgang ISSN 1989-4988 http://www.claseshistoria.com/revista/index.html

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Willaschek. El grupo musical The Maniacs le ha dedicado una canción: “The White Rose”. Actualmente "La Rosa Blanca" es sinónimo de lucha por la libertad y muchas plazas, calles, parques, avenidas, institutos y escuelas de Alemania llevan el nombre de los hermanos Scholl. Sophie Scholl, junto con el coronel von Stauffenberg, es uno de los grandes iconos de la Resistencia alemana al nazismo.

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NOTAS

1. Introducción (1) Vela González, Fernando: “La resistencia alemana frente al III Reich”, en La derrota del III Reich a través del cine, Alicante, 2009, Editorial Club Universitario, Pág. 147. Antón, Jacinto: “Dijeron no a la esvástica”, diario El País, domingo 7 de febrero de 2010. (2) Gallego, Ferran: De Múnich a Auschwitz, 1919-1945, Barcelona, 2001, Plaza y Janés, Debolsillo, Pág. 45. (3) Gallego, Ferran: Op. Cit., Págs. 22 y 131-132. (4) Valls, Xavier: “La república asesiada”, Revista Historia y Vida nº 534, 2012, Págs. 28-35. (5) Gallego, Ferran: Op. Cit., Pág. 284. (6) Aly, Götz: ¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos? Las causas del Holocausto, Barcelona, 2012, Crítica, Págs. 35 y 171-172. (7) Kershaw, Ian: El mito de Hitler. Imagen y realidad en el Tercer Reich, Barcelona, 2012, Crítica, Pág. 255. 2. Georg Elser (1) Moorhouse, Roger: Matar a Hitler. Conspiraciones y atentados contra el Führer, Barcelona, 2008, debate, Pág. 71. (2) Hoffmann, Peter: Stauffenberg, Barcelona, 2009, Destino, Pág. 268. (3) Navarro, Fernando: Diccionario biográfico de nazismo y Tercer Reich, Málaga, 2010, Sepha, Pág. 155. Beevor, Anthony: La Segunda Guerra Mundial, Barcelona, 2012, Pasado & Presente, Pág. 72. (4) Moorhouse, Roger: Matar a Hitler. Conspiraciones y atentados contra el Führer, Barcelona, 2008, Debate, Pág. 73. (5) Reuth, Ralf Georg: Hitler. Una biografía política, Madrid, 2012, La Esfera de los Libros, Pág. 531. (6) Testimonio recogido por Roger Moorhouse en su libro Matar a Hitler, Op. Cit., Pág. 79. (7) Kopleck, Maik: Múnich, 1933-1945, Past Finder, Berlín, Ch. Links, Pág. 43. (8) Longerich, Peter: Goebbels, Barcelona, 2012, RBA, Pág. 479 y Pág. 927, nota 70. (9) Beevor, Anthony: La Segunda Guerra Mundial, Barcelona, 2012, Pasado & Presente, Pág. 72. (10)Görtemaker, Heike B.: Eva Braun. Una vida con Hitler, Barcelona, 2012, Debate, Pág. 127. (11)Sala Rose, Rosa: La penúltima frontera. Fugitivos del nazismo en España, Barcelona, 2011, Págs. 210-211. (12)Peter Longerich: “Los nazis eran seres humanos, ése es el problema”, entrevista realizada por Jacinto Antón, El País Semanal, nº 1727, domingo 1 de noviembre de 2009, Pág. 31. (13)Citado por Roger Moorhouse: Matar a Hitler, Op. Cit. Pág. 82. (14)Varios Autores: Le camp de concentration de Dachau entre 1933 et 1945, 2ª edición, 2005, Comité Internacional de Dachau, Pág. 166. (15)Navarro García, Fernando: Diccionario biográfico de nazismo y III Reich, Málaga, 2010, Sepha, Pág. 156. Varios Autores: Le camp de concentration de Dachau entre 1933 et 1945, 2ª edition, 2005, Comité Intenational de Dachau, Págs. 151 y 166. Beevor, Antony: La Segunda Guerra Mundial, Barcelona, 2012, Pasado & Presente, Pág. 1.026. (16)Reuth, Ralf Georg: Hitler. Una biografía política, Madrid, 2012, La Esfera de los Libros, Pág. 532. Longerich, Peter: Goebbels, Barcelona, 2012, RBA, Pág. 479. (17)Antón, Jacinto: “Dijeron no a la esvástica”, El País, 7 de febrero, 2010.

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3. La Rosa Blanca (1) Koehn, Barbara: La resistencia alemana contra Hitler, 1933-1945, Madrid, 2005, Alianza, Págs. 81-82. (2) Antón, Jacinto: “Dijeron no a la esvástica”, Diario El País, domingo 7 de febrero de 2010. Vich Sáez, Sergi: “El superviviente. Un análisis crítico de la sociedad del Tercer Reich”, revista Historia y Vida nº 534, 2012, Pág. 88. Fallada, Hans: Sol en Berlín, Barcelona, 2011, Edicions 1984, ver sobre todo el Apéndice Final, escrito por el autor de la novela y el Epílogo, por Almut Giesecke, Págs. 641-659 y 681-691. (3) Fallada, Hans: Sol en Berlín, Barcelona, 2011, Edicións de 1984. Hay traducción al castellano, Madrid, 2011, Maeva. (4) Vela González, Fernando: “La resistencia alemana frente al III Reich”, en La derrota del III Reich en el cine, Alicante, 2009, Pág. 151. (5) Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los sin Voz, Pág. 67. Navarro García, Fernando: Diccionario biográfico de nazismo y III Reich, Málaga, 2010, Págs. 190-192. (6) Hernández, Jesús: Operación Valkiria, Madrid, 2008, Nowtilus, Pág. 49. (7) Vela González, Fernando: “La resistencia alemana frente al III Reich”, en La derrota del III Reich a través del cine, Alicante, 2009, Editorial Club Universitario, Pág. 152. (8) Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Traducción de Rosa Sala Rose, Barcelona, 2005, Galaxia Gútenberg, Pág. 54. (9) Hernández, Jesús: Operación Valkiria, Madrid, 2008, Nowtilus, Pág. 51. (10) Koehn, Barbara: La resistencia alemana contra Hitler, 1933-1945, Madrid, 2005, Alianza, Pág. 83. (11) Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Op. Cit., Págs. 26, 32, 38, 44 y 47. (12) Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los sin Voz, Pág. 72. (13) Koehn, Barbara: La resistencia alemana contra Hitler, 1933-1934, Madrid, 2005, Alianza Editorial, Pág. 75. Gallego, Ferran: De Múnich a Auschwitz, Una historia del nazismo, 1919-1945, Barcelona, 2006, Plaza y Janés, edición de bolsillo, Pág. 341. (14) Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los sin voz, Págs. 23, 26, 33, 38, 39, 41 y 43. (15) citado por José M. García Pelegrín: La Rosa Blanca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, Madrid, 2006, Libros Libres, Pág. 27. (16) Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los sin Voz, Pág. 47. (17) Vitkine, Antoine: “Mein Kampf”. Historia de un libro, Barcelona, 2011, Anagrama, Pág. 59). (18) Koehn, Barbara: La resistencia alemana contra Hitler, 1933-1945, Madrid, 2005, Alianza, Págs. 85-86. Antón, Jacinto: “Dijeron no a la esvástica”, diario El País, domingo 7 de febrero de 2010. (19) Uphoff, Rainer: Op. Cit., Págs. 67 y 81. (20) Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Op. Cit., Págs. 9-10. Uphoff, Rainer: Op. Cit., Pág. 94. (21) Este poema aparece en el libro de José M. García Pelegrín: La Rosa Banca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, Madrid, 2006, Libros Libres, Pág. 16. (22) Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Op. Cit., Pág. 11. (23) Koplek, Maik: Múnich, 1933-1945, Past Finder, Berlín, Ch. Links, Págs. 72-73. Navarro García, Fernando: Diccionario de nazismo y III Reich, Málaga, 2010, Sepha, Págs. 606608. (24) Citado por José M. García Pelegrín, La Rosa blanca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, Madrid, 2006, Libros Libres, Pág. 12. (25) Benz, Wolfgang: El Tercer Reich, 101 preguntas fundamentales, Madrid, 2009, Alianza, Pág. 105. (26) Hernández, Jesús: Operación Valkiria, Madrid, 2008, Nowtilus, Pág. 52. Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Op. Cit., Págs. 11-12.26) (27) Sófocles: Antígona, versos 504-508, traducción de Assela Alamillo, Madrid, 1992, Gredos.

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(28) Testimonio recogido por José M. García Pelegrín en su libro La Rosa Blanca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, Madrid, 2006, Libros Libres, Pág. 123. (29) Uphoff, Rainer: Op. Cit., Págs. 108 y 110. (30) Uphoff, Rainer: Op. Cit., Pág. 97. (31) Sala Rose, Rosa: Introducción a los Panfletos de la Rosa Blanca, Barcelona, 2005, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Págs. 11-14. (32) Rosa Sala Rose, Op. Cit., Pág. 15. (33) Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los Sin Voz. (34) Estos dos emotivos testimonios los recoge José M. García Pelegrín en su libro La Rosa Blanca, los estudiantes que se alzaron contra Hitler, ya citado aquí, Pág. 137. (35) Antón, Jacinto: “Dijeron no a la esvástica”, El País, domingo, 7 de febrero, 2010.

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BIBLIOGRAFÍA 

Asperilla, Carlos Hugo: Rosas blancas para Wolf. Madrid, La Esfera de los Libros, 2008. Novela histórica.



Beevor, Antony: La Segunda Guerra Mundial, Barcelona, 2012, Pasado & Presente.



Benz, Wolfgang: El Tercer Reich, 101 preguntas fundamentales, Madrid, 2009, Alianza.



Fallada, Hans: Sol a Berlín, Barcelona, 2011, Edicions 1984. Novela Histórica. También hay una edición en castellano.



Gallego, Ferran: De Múnich a Auschwitz. Una historia del nazismo, 1919-1945, Barcelona, 2001, Plaza y Janés.



García Pelegrín, José M.: La Rosa Blanca: los estudiantes que se alzaron contra Hitler con su única arma, la palabra. Madrid, Libros Libres, 2006.



Oörtemaker, Heike B.: Eva Braun. Una vida con Hitler, Barcelona, 2012, Debate.



Hernández, Jesús: Operación Valkiria, Madrid, 2008, Nowtilus, Págs. 49-55.



Fallada, Hans: Sólo en Berlín, Madrid, 2011, Maeva. Novela inspirada en hechos reales.



Hoffmann, Peter: Stauffenberg, Barcelona, 2009, Destino.



Kershaw, Ian: El mito de Hitler. Imagen y realidad en el Tercer Reich, Barcelona, 2012, Crítica.



Koehn, Barbara: La resistencia alemana contra Hitler, 1933-1935, Madrid, 2005, Alianza.



Koplek, Maik: Múnich, 1933-1945, Past Finder, Berlín, Ch. Links. No consta la fecha de publicación.



Moorhouse, Roger: Matar a Hitler. Conspiraciones y atentados contra el Führer, Barcelona, 2008, Debate.



Navarro García, Fernando: Diccionario biográfico de nazismo y III Reich, Málaga, 2010, Sepha.



Reuth, Ralf Georg: Hitler. Una biografía política, Madrid, 2012, La Esfera de los Libros.



Sala Rose, Rosa: La penúltima frontera. Fugitivos del nazismo en España, Barcelona, 2011, Península.

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Stenbach, Peter: Mémorial de la Resistance Allemande, Berlín, Gedenkstätte Deutscher Widerstand, Stauffenbergstrasse 13-14. No consta la fecha de publicación.



Uphoff, Rainer: Sophie Scholl frente al totalitarismo, Madrid, 2010, Voz de los sin Voz.



Varios Autores: Los panfletos de la Rosa Blanca, Edición de Inge Scholl, traducción, introducción y notas de Rosa Sala Rose, Barcelona, 2005, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, S.A.



Varios Autores: Le camp de concentration de Dachau entre 1933 et 1945, 2ª edición, 2005, Comité International de Dachau.



Varios Autores: La derrota del III Reich a través del cine, Daniel C. Narváez Torregrosa y Jesús Martínez Musabimana (Eds.), Alicante, 2009, Editorial Club Universitario.



Vitkine, Antoine: “Mein Kampf”. Historia de un libro, Barcelona, 2011, Anagrama.

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PELÍCULAS 

Una película muy recomendable sobre la juventud alemana que amaba la música norteamericana, como protesta contra la obligación de afiliarse a las Juventudes Hitlerianas, es “Rebeldes del swing”, dirigida por Thomas Carter e interpretada por Robert Sean Leonard, Christian Bale y Kennet Branagh.



“Los piratas del Edelweiss” (Edelweiss Piraten), dirigida por Niko von Glasow, una coproducción Alemania-Suiza-Paises

Bajos-Luxemburgo de 2004,

interpretada por Bela B. Felsenheimer, Ivan Stebunov, Anna Thalbach, Florian Wilken, etc. 

“Sophie Scholl. Los últimos días” (2005), dirigida por Marc Rothemund e interpretada por Julia Jentsch, Alexander Held y Fabian Hinrichs.

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FOTOGRAFÍAS

En esta fotografía aparece la fachada de la Casa del Arte Alemán, la obra más famosa del arquitecto Paul Ludwig Troost, donde podemos ver las características fundamentales de su arquitectura: neoclasicismo, funcionalismo, austeridad y colosalismo. Hitler puso la primera piedra de este edificio que se convirtió en modelo para futuras construcciones durante la época nacionalsocialista.

Imagen del interior de la cervecería Hofbräuhaus. En la foto inferior apreciamos, en el techo del local, una pintura con la bandera de Baviera que cubre y enmascara una antigua cruz gamada.

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Camino hecho con adoquines de bronce como homenaje a todas las personas que se “escaqueaban”, evitando así pasar por delante de la Feldherrnhalle.

Celda especial de Georg Elser en el campo de concentración de Dachau.

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Plaza dedicada a los hermanos Hans y Sophie Scholl.

Homenaje a los Hermanos Sophie y Hans Scholl en forma de octavillas hechas con cerámica que recubren algunos adoquines que se encuentran frente a la fachada del edificio principal de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich.

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La joven Sophie Scholl (Museo-Memorial de la Resistencia Alemana contra el nazismo, Berlín)

Algunos integrantes de la “Rosa Blanca”, Museo-Memorial de la Resistencia Alemana al nazismo en Berlín. Dicho museo está situado en la calle Stauffenbergstrasse 13-14.

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Fotografía de Hans Scholl que se exhibe Museo-Memorial de la Resistencia Alemana contra el nazismo.

Harro Schulze-Boysen y su esposa Libertas, miembros de la llamada Orquesta Roja (Museo de la Resistencia Alemana de Berlín)

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NOTA: Todas las fotografías que ilustran este texto son de la autora del mismo, Teresa Mª Mayor, y fueron realizadas en el mes de agosto de 2012. La excepción la constituye el cartel de la película “Sophie Scholl. Los últimos días”.

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