DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 14. Malabaristas en la crisis. Las organizaciones no gubernamentales de Jujuy en la década de 1990.

February 18, 2023 | Author: Manuela Espejo Casado | Category: N/A
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SIMEL Nodo NOA Instituto de Investigaciones Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Jujuy Jujuy – República Argentina

DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 14 Malabaristas en la crisis. Las organizaciones no gubernamentales de Jujuy en la década de 1990 Liliana Bergesio SIMEL NOA – Facultad de Ciencias Económicas - UNJu http://www.fce.unju.edu.ar/simel ISSN 1853-4562

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SIMEL Nodo NOA Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Jujuy

Editor Responsable: SIMEL Nodo NOA Otero 369 (CP 4600) San Salvador de Jujuy Provincia de Jujuy República Argentina Teléfono: 54-388-422-1541 E-mail: [email protected]

Coordinadoras editoriales: Liliana Bergesio y Laura Golovanevsky

Diseño de Tapa: Lucía Scalone

ISSN 1853-4562 2012

Documento de Trabajo Nº 14 “Malabaristas en la crisis. Las organizaciones no gubernamentales de Jujuy en la década de 1990”. Sumario: Resumen (página 3); Introducción (página 4); Síntesis de una larga historia (página 5); Características de las ONGs de Jujuy en la década de 1990 (página 9); ¿Quiénes, para qué y cómo…? (página 11); Relaciones entre el Estado y las ONGs en Jujuy (página 12); Relaciones entre las Empresas y las ONGs en Jujuy (página 14); Comentarios finales (página 15); Bibliografía (página 16).

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MALABARISTAS EN LA CRISIS. LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE JUJUY EN LA DÉCADA DE 1990 Liliana Bergesio Resumen En este trabajo se expone, en un primer momento, un breve desarrollo histórico de las organizaciones de la sociedad civil en la provincia de Jujuy (República Argentina) para luego concentrar la mirada en las características que ellas presentaban en la década de 1990 cuando se produjo un fuerte fomento y expansión de las mismas. Finalmente, se analizan las relaciones entre estas organizaciones no gubernamentales (ONGs), el Estado y las empresas, es decir con los otros sectores que integran la sociedad contemporánea, indagando sobre las ventajas y dificultades que ellos enfrentan para la implementación de programas de desarrollo. Entre las principales conclusiones se puede señalar que entre las ONGs de Jujuy de la década de 1990, hay dos grandes grupos. Las más débiles, conformadas con cierta rapidez con el fin de aprovechar oportunidades de financiamiento, merced a contactos estratégicos, donde no hay planteos sólidos sobre objetivos y/o metodologías de acción; y las más consolidadas, socialmente comprometidas y con trayectoria demostrada, ya sea de la organización en sí o de sus cuadros más destacados. Pero entre las de este último grupo es necesario resaltar que algunas han caído en un juego de expectativas que es engañoso, ya que, especialmente entre los técnicos se encuentran quienes elogian las ONGs como pretexto para eliminar al Estado, como si la sociedad civil y los mercados por sí solos pudieran conciliar plenamente el desarrollo económico y la equidad social.

Palabras clave: Jujuy/Organizaciones no gubernamentales/Estado/Empresas/Sociedad

Este trabajo fue redactado (inédito) en el año 2001 para exponer entre un grupo de investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, a modo de síntesis y observaciones basadas en el Informe sobre Desarrollo Humano. Provincia de Jujuy 2000.

Liliana Bergesio es Licenciada en Antropología, Especialista en Docencia Superior y Magíster en Teoría y Metodología de las Ciencias Sociales (UNJu). Profesora Adjunta Ordinaria de la FHyCS-UNJu. Directora de la Unidad de Investigación en Comunicación, Cultura y Sociedad (UNICCS) de la FHyCS-UNJu; y CoDirectora del Centro de Estudios Territoriales, Ambientales y Sociales (CETAS) de la Facultad de Ciencias Agrarias y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (UNJu).

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MALABARISTAS EN LA CRISIS. LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE JUJUY EN LA DÉCADA DE 1990 Liliana Bergesio

Introducción “Mi experiencia en el Grameen me dio una fe inquebrantable en la creatividad de los seres humanos. Me llevó a pensar que ellos no nacieron para sufrir hambre y miseria. Las padecen hoy, como en el pasado, porque hemos eludido el problema” Muhammad Yunus1 (1997: 13).

El uso latinoamericano contemporáneo del término sociedad civil se refiere a las múltiples organizaciones autorreguladas de ciudadanos que ejercen públicamente sus derechos y responsabilidades ante el Estado. El concepto abarca organizaciones y movimientos sociales de muchas dimensiones, formas y orígenes, así como a ciudadanos individuales. En este artículo, el trabajo empírico se referirá a las organizaciones de la sociedad civil comprometidas en la acción y la reflexión vinculada con el desarrollo, en especial las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) de desarrollo (Fisher 1998). Si bien no son necesariamente el conjunto más representativo de la sociedad civil, las ONGs han jugado un papel importante para hacer más participativo el desarrollo y obtener el reconocimiento del tercer sector más allá de los mercados y el Estado (Reilly 1999). Al igual que los Estados en proceso de democratización y los mercados en proceso de globalización, una sociedad civil en expansión -que incluye a las ONGs de desarrollo, los movimientos sociales y una plétora de asociaciones de acción colectiva- ahora aparece en los mapas cognitivos y se hace escuchar en el debate de políticas sociales redefiniendo lo social y lo político. Esta sociedad civil es la que plantea que, en lo sucesivo, profundización de la democracia y progreso social deberán ir necesariamente a la par (Rosanvallon1995). En este trabajo se expone, en un primer momento, un breve desarrollo histórico de las organizaciones de la sociedad civil en la provincia de Jujuy (República Argentina) para luego concentrar la mirada en las características que ellas presentaban en la década de 1990 cuando se produjo un fuerte fomento y expansión de las mismas. Finalmente, se analizan 1

Fundador del Banco Grameen (Bangladesh) que solo presta dinero a los más pobres de los pobres, a los que carecen de toda garantía que los respalde. El 94% de sus clientes son mujeres y su tasa de retorno es del 98%. El banco ha resultado un éxito extraordinario y hoy es modelo de otras instituciones en todo el mundo (entre los que se incluye la Argentina y Jujuy).

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las relaciones entre estas organizaciones no gubernamentales (ONGs), el Estado y las empresas, es decir con los otros sectores que integran la sociedad contemporánea, indagando sobre las ventajas y dificultades que ellos enfrentan para la implementación de programas de desarrollo.

Síntesis de una larga historia Los hombres y las mujeres se han organizado desde siempre en la búsqueda de resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades. Las formas que han tomado estas organizaciones han sido, sin embargo, diferentes a lo largo de la historia. Lo particular, para el caso de la provincia de Jujuy, es que ninguna de las formas que se plantean a continuación han desaparecido completamente, sino que algunas solo han reformulado en parte sus objetivos y modificado algunos de los métodos de intervención, por lo cual no se pueden entender como formas superadas y solo a los fines analíticos se proponen fechas para anclarlas temporalmente con base a su surgimiento. En Jujuy quizás la primera forma de organización de la cual se puede hablar, y que aún tiene vigencia, es la organización comunal. Su desarrollo es de carácter comunitario, y corresponde a la época anterior a la conquista de América por parte de los europeos. Es el tipo de organización de los pueblos originarios. Muchos autores cuando hablan de las organizaciones de la sociedad civil, no las mencionan planteando que este tipo de organización no se configuraba en base a instituciones -en el sentido actual del término-, pero es importante considerarlas porque si se parte de ellas será posible entender el marco de referencia de los sistemas comunitarios actuales. Ellos constituyen un gran porcentaje de las ONGs de la Quebrada y Puna jujeñas, donde incluso algunos de sus reclamos tienden a modificar acciones que se remontan a esa época. Por ejemplo, el reclamo por la tenencia de la tierra. La sociedad filantrópica, cuyos orígenes se pueden encontrar en el período colonial entre 1880 y 1900, surge como respuesta de carácter sanitario y/o religioso. La respuesta que instrumentan es de carácter asistencialista y paternalista, siendo la figura más común la de las asociaciones de caridad. Los miembros que fundaron estas instituciones y que posteriormente integraban las diferentes comisiones directivas eran personalidades de las familias que ocupaban un lugar preponderante -de poder político y/o económico- en la sociedad local, todos ellos de nacionalidad española o descendientes directos de los mismos. Ejemplo de estas primeras organizaciones civiles en Jujuy es la Sociedad de Beneficencia, creada en 1844, por iniciativa de Escolástico Zegada, ocupando la primera

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presidencia en ella el Sr. José Mariano Iturbe. Esta organización tenía como función original brindar asistencia a la comunidad mediante la elaboración de proyectos de “adelantamiento” y mejoras en las áreas de la agricultura, educación y artes, entre otras. También cabe mencionar a la Sociedad Filantrópica, la cual fue creada en 1850 por el entonces Gobernador Pedro Castañeda, tenía como función colaborar con el gobierno provincial en las tareas de beneficencia pública y con el cuidado del Hospital de la ciudad. Entre las sociedades civiles que se iniciaron en el siglo pasado y que actualmente siguen funcionando se puede mencionar al Asilo Pan de los Pobres. Esta institución benéfica fue fundada en 1899 por mujeres jujeñas dirigidas por el Padre Enrique Guernacini y era beneficiada por aportes de la comunidad. Después de 1900, por iniciativa del padre Benito Corsi, cambió de nombre por el actual de Hogar San Antonio. Entre 1900 y 1920 aparecen las primeras asociaciones de ayuda mutua como una nueva forma de dar respuesta a las necesidades de los inmigrantes extranjeros, no sólo desde lo económico, la salud, la vivienda, sino también desde la intención de otorgarles un lugar de pertenencia. Entre ellas se pueden mencionar a las sociedades de fomento, los hospitales y las escuelas de las colectividades. Por ejemplo, en la provincia de Jujuy es de este período y continúa hasta la actualidad la Sociedad Española de Socorros Mutuos, que fue fundada en 1890, obteniendo su personería jurídica en 1900. Otra entidad civil de este período es la Sociedad Europea de Socorros Mutuos de Jujuy la cual fue fundada en 1886 por iniciativa de un grupo de inmigrantes de origen europeo, ya que para esta época una epidemia de cólera amenazaba a la población. El reglamento elaborado en esos momentos contemplaba que todos los miembros debían tener asignadas tareas específicas y la creación de un fondo general. Para poder ser socio los postulantes tenían que ser de origen europeo o hijo reconocido de europeo y también tener reputación de buena conducta y honradez. En la décadas que van de 1940 a 1970 surgen las organizaciones de defensa de intereses sectoriales motivadas por la necesidad de defender los derechos e intereses de los trabajadores y de proporcionar también atención a sus necesidades. Los ejemplos se multiplican por docenas y entre ellos se pueden señalar a los gremios, los colegios profesionales, las federaciones de todo tipo y las sociedades empresariales, entre otros. Ejemplo de esto es el Colegio de Abogados de Jujuy que se funda en 1942, el Consejo Profesional de Ingenieros y Agrónomos que hace lo propio en 1958 y la Unión Industrial de Jujuy que inicia sus actividades en 1971.

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A partir de la década de 1970 se conforman organizaciones de defensa de los derechos humanos, las cuales surgen como necesidad de respuesta ante las persecuciones y violaciones de dichos derechos a través de la ruptura de la democracia por parte de militares en distintos países de América Latina y en la Argentina en particular. En Jujuy, Asociaciones como Madres y Familiares con representantes como Nélida de Fidalgo y Andrés Fidalgo; y Madre y Familiares (Ledesma) son ejemplo de esto, cuya lucha y reclamos siguen vigentes. La sociedad civil emergió en América Latina como un concepto y como una construcción social durante la lucha por la democracia y contra la pobreza y los esfuerzos de Europa oriental le inyectaron energía e, incluso, la legitimaron. Así, desde las décadas de 1960 y 1970, las organizaciones y movimientos populares se multiplicaron en toda América Latina. Muchos de ellos se originaron en el compromiso de parte de iglesia, por la revitalización de lo étnico, por cooperativas, por líderes carismáticos, por profesionales desplazados y, en no pocas oportunidades, por la disponibilidad de fondos internacionales. El linaje de la sociedad civil se remonta así a esquemas de participación popular o modelos organizativos corporativos de democracias y dictaduras, dictablanda y democradura. Los ciudadanos aparecieron a medida que la economía formal y la informal de la región se entremezclaban, las estrategias de sustitución de importaciones cedían su espacio a la búsqueda competitiva de mercados globales elusivos, las organizaciones laborales corporativistas perdían su peso y el ajuste estructural y la reducción del Estado producían drásticas disminuciones del empleo. La sociedad civil se ha abierto camino entre el Estado y el mercado, recibiendo una cauta bienvenida de ambos, especializándose en hacer malabarismos entre los conflictos externos y los internos. Cerca de cinco décadas de iniciativas de desarrollo han seguido una curiosa secuencia: casi tres décadas y media de énfasis en las construcción del Estado, más o menos una década y media de concentración en las fuerzas del mercado y una escasa media década de retórica entusiasta acerca de las virtudes de la sociedad civil. Los modelos y paradigmas de desarrollo han ido y venido. Se han recorrido, probado y desbrozado diferentes caminos, pero no se ha llegado demasiado lejos. Hay más pobres y pobres más pobres. En la actualidad, hay más desigualdad y por lo tanto más desafíos a la empresa del desarrollo para que actúe con mayor imaginación y celeridad. Aunque se use mucho la expresión de que las crisis generan oportunidades y que la desesperación puede encender la creatividad, los resultados no son tan claros ni elocuentes como estas expresiones profetizan.

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En Jujuy, el importante crecimiento de las ONGs desde la década de 1980, descubre un conjunto de falencias del Estado Provincial y Municipal como proveedor de bienes y servicios a los sectores más pobres tanto urbanos como rurales. Después de Buenos Aires fue, en la década de 1990, la provincia con mayor actividad de ONGs relacionadas principalmente a temas como el desarrollo sustentable y la ecología concebida desde una perspectiva antropocéntrica. También fue en ese período la provincia más organizada y movilizada del noroeste argentino respecto a estos temas (CIPPEC 2003). Fue en ese período que, a través de la mundialización de la defensa de todo tipo de derechos, surgen con mayor fuerza las ONGs de base territorial y crecen las organizaciones de apoyo, los foros y las redes. Se produce un aumento de la participación ciudadana en defensa de intereses sectoriales y por el efectivo respeto de derechos. Aunque es necesario aclarar que esta modalidad de ciudadanía organizada coexiste con todas las modalidades anteriores y con las propias de la filantropía tradicional, de carácter asistencialista y controlador de la pobreza, como una vieja/nueva forma de resolución de la cuestión social. Pero en este nuevo escenario, que pasa del reclamo a la defensa de derechos, las mujeres y sus asociaciones toman un protagonismo sin precedentes; ya que, desde su cotidianeidad, reclaman, peticionan y desarrollan acciones políticas en el espacio público convirtiéndose en una expresión de los llamados: nuevos movimientos sociales. Las organizaciones de la sociedad civil han proliferado en todo Jujuy llegándose a contabilizar, en el año 2000 según los registros de Fiscalía de Estado, 1.410 entre ONGs, sociedades, sindicatos, cooperativas, fundaciones, centros vecinales y cooperadoras. Forma parte de la labor cotidiana de estas organizaciones el interactuar entre sectores con intereses dispares, donde las negociaciones entre grupos con diferentes cuotas de poder puede llevar al cambio de sentido de las acciones, sin que medie el consenso de las partes, sino la decisión del sector con mayor poder. Sin embargo, el crecimiento y compromiso social de estas organizaciones que crecen en un contexto adverso es la característica sobresaliente de la década de 1990 en la provincia. Las motivaciones de constitución y desarrollo del sector son variadas y su crecimiento no ha seguido ni una racionalidad, ni una lógica a partir de necesidades concretas. Entre las diversas motivaciones que subyacen en los grupos que dan origen a cada organización están las de ayuda humanitaria; interés en temas sociales y de desarrollo; necesidades sentidas por la comunidad (algunas de las cuales son coyunturales y otras estructurales); procuración de empleo o mejores condiciones de trabajo para grupos profesionales y técnicos; intervenir en la legitimación social del accionar político-

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partidario desprestigiado; obtención de fondos para las campañas políticas; defensa de derechos sectoriales; necesidad de procurar poder para producir reformas sociales consensuadas; voluntad de contribuir con los pobres y las minorías; una vocación religiosa; formar parte de un grupo socialmente excluido; y muchas otras posibles entre las que están algunas ilícitas como procurar evadir impuestos o el lavado de dinero (Acotto 2003). Todas ellas no son particulares de la provincia de Jujuy, sino comunes a gran parte de América Latina. Por ello, considerar las ideologías subyacentes en las motivaciones para la constitución y posterior desarrollo de las ONGs es fundamental para su análisis, dado que estas ideologías las constituyen como asistencialistas, promocionales, paternalistas, empoderadoras, constructoras de ciudadanía, entre otras opciones posibles. Lo antes mencionado no impide que algunas organizaciones, independientemente de las motivaciones de las personas que las crearon o las integran, puedan ir cambiando el perfil, redefiniendo su visión y plantearse nuevas misiones. Pero en la mayoría de los casos lo que subyace en su constitución y su ideología, no siempre transparentada, configura sus mecanismos de acción presentes y futuros. Ya que la tendencia es más bien que, cuando éstos cambian de manera sustancial, la organización desaparece para algunos de sus miembros, o todos, conformar otra donde se plasman las nuevas expectativas y/o intereses.

Características de las ONGs de Jujuy en la década de 1990 A continuación se presenta una breve caracterización de las ONGs de Jujuy siguiendo el Informe de Desarrollo Humano Provincial de 1999 (Bergesio y Pereyra 2000). Para la realización del mismo se procuró contactar a la totalidad de las ONGs de la provincia logrando encuestar 383 en total. En cada caso se relevó información sobre datos de la institución, conformación, actividades, ámbito de intervención, beneficiarios y recursos. Esto se llevó a cabo entre agosto de 1998 y febrero de 1999. Los resultados obtenidos se resumen a continuación.

Datos de la institución De las ONGs relevadas el 51,4% tienen personería jurídica y el 87,4% manifiesta tener Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT). De este último porcentaje el 92,3% estuvo siempre en actividad desde su fundación. Del total de ONGs relevadas el 17,7% tiene una antigüedad entre 26 años y más de 50; el 40,6% entre 6 y 25 años; y el 40,7% menos de 5 años. Más de la mitad de las organizaciones tienen una antigüedad superior a

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los 6 años. El 72% trabaja en el ámbito barrial y local; el 20% en el departamental; el 7,1% en el provincial; y solamente el 0,9% en todo el territorio nacional. El 72,3% manifiesta estar adherida a alguna Red formal-institucional.

Autoridades Del total de ONGs encuestadas la mayoría cuenta con un número de autoridades entre 11 y más de 21 personas; elegidos cada dos años mediante el sistema de asamblea. En las encuestas aparece, por única vez, la respuesta: "No sabe, no contesta"; presentando valores muy altos: para duración del mandato según Estatuto: 31,4%; para número de las actuales autoridades: 13,1%; para modalidad aplicada para la elección de autoridades: 8,9%.

Actividades Entre las ONGs relevadas el 86,8% trabajan en asistencia directa y son las áreas temáticas de acción las necesidades básicas comunitarias y el desarrollo social cubriendo entre ambos el 40,9%. La cultura y la educación le siguen en importancia con el 16,6% y 15,2% respectivamente. La población objetivo de estas actividades son los niños y jóvenes en un 34,8%; la población en general en un 19,9%; y las mujeres con el 10,8%. Las actividades realizadas por estas organizaciones en un 36,2% son de actividades recreativas, deportivas y culturales; en un 34,5% asistencia directa a beneficiarios; y el 12,1% se dedica a capacitación. Las poblaciones objetivo fuera del ámbito urbano como poblaciones rurales, indígenas y grupos locales representan el 4,2% en total.

Recursos Entre las ONGs encuestadas el 64,9% de las organizaciones trabajan mediante la obtención de recursos propios; el 33,2% con recursos del Estado (Municipal 16,8%, Nacional 8,7% y Provincial 7,7%) y el 1,8% manifestó obtenerlos de organizaciones internacionales. El 85,1% de las instituciones manifestó no haber obtenido ningún recurso en 1998 y 1999 y el 14% declaró haber obtenido, para el mismo período, entre 5 y 100 pesos/dólares. El 84% no cuenta con recursos materiales. En lo que respecta a los recursos humanos el 82% tiene personal voluntario (entre 5 y 20 personas) y el 14% más de 20 voluntarios. Con respecto al personal rentado el 91,7% no cuenta con este tipo de recurso.

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¿Quiénes, para qué y cómo...? La diversidad del universo de las ONGs de Jujuy obliga a aclarar algunos aspectos ya que el calificativo de "no gubernamental" define todo un género de organizaciones únicamente por lo que no son. A sabiendas de que cualquier intento por establecer categorías para las ONGs jujeñas resulta arbitrario y que los límites entre ellas son imprecisos, el universo puede desglosarse, a grandes rasgos, en las agrupaciones generales siguientes:

a) Las organizaciones de base están formadas generalmente por personas con un interés común con el fin de fomentar el bienestar de sus propios afiliados o miembros, ya sea como beneficiarios directos o indirectos. También constituyen o fomentan organizaciones comunitarias que son unidades básicas de una sociedad civil de base amplia y promueven las redes por medio de las cuales esas organizaciones logran mejorar su situación para negociar su acceso a bienes y/o servicios. Formarían parte de este grupo las cooperativas, organizaciones indígenas, excombatientes, asociaciones de padres de familia, grupos culturales, grupos de madres cuidadoras, organizaciones vecinales, asociaciones de agricultores, artesanos, desocupados y microempresarios. b) Las instituciones de apoyo son aquellas creadas, por lo general por profesionales, técnicos, académicos y/o intelectuales, para proporcionar asistencia técnica, crédito, capacitación y apoyo a las otras organizaciones. Incluyen fundaciones, centros de promoción e investigación, asociaciones profesionales, grupos de voluntarios y clubes. Por lo general estas organizaciones tienen personería jurídica y una organización institucional formalizada (estatuto, elecciones, recursos materiales y humanos). c) Los movimientos populares son el tipo de organización más reciente. Por lo general se crean para un fin determinado y, a diferencia de las organizaciones de base, publicitan sus ideales y acciones concentrándose en un problema particular. Así un grupo de personas se organizan para trabajar en pos de problemática más generales como los derechos humanos, la ecología o la defensa de los derechos de la mujer. d) Las fundaciones neo-filantrópicas comparten algunos rasgos con las tradicionales asociaciones filantrópicas típicas de comienzos del pasado siglo. El mecanismo generalmente utilizado es dar respuesta, vía acciones asistencialistas, a necesidades puntuales -por lo general materiales- identificadas como prioritarias por la propia organización. e) Las fundaciones político-partidarias emergieron con fuerza a mediados de la década de 1990 y por lo general es la vía social que encontraron candidatos y líneas internas partidarias para conseguir fondos de programas estatales y privados.

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Los distintos tipos de organizaciones presentan, sin embargo, una finalidad común: fortalecer la sociedad civil -aunque desde distintas ideologías- en busca de soluciones a problemas comunes que el Estado no resuelve en forma satisfactoria para la mayoría. A esta tarea la llevan a cabo articulando fundamentalmente con el Estado y en menor medida, pero de forma creciente, con el mercado.

Relaciones entre el Estado y las ONGs en Jujuy Las ONGs se definen por lo que no son: organizaciones gubernamentales. Sin embargo, ya se ha hecho mención a las relaciones de las ONGs jujeñas con el Estado. Por ello es importante identificar cuáles son las fortalezas y debilidades del Estado y las ONGs en la implementación de programas de desarrollo y también comparar los factores que limitan el alcance de ambos tipos de entidades y que se constituyen en problemas cuando se inicia la implementación de dichos programas. No sobra advertir que no todas las observaciones se aplican a la totalidad de las entidades sean estas gubernamentales o no, pero nos dan una base para comparar las ventajas y desventajas relativas a cada uno de los casos. Las fortalezas del Estado surgen de su capacidad para definir un amplio mandato en esta área que pueda crear el ambiente necesario para llegar hasta el sector objetivo. Este mandato consta de una variedad de factores, incluyendo una amplia extensión del sector; la exigencia de apoyo en los niveles nacional y regional; la identificación de recursos financieros y su asignación dirigida a uno u otro sector, y la revisión de los aspectos referentes a las políticas y reglamentaciones que afectan las actividades de los mismos. Adicionalmente, el gobierno puede encargar a sus propias organizaciones y a las privadas reunir los recursos técnicos y humanos necesarios para un programa a nivel nacional. Las fortalezas de las ONGs se basan en sus metodologías sustentadas en décadas de experiencia (período variable pero de acumulación de casos muchos de los cuales se han sistematizado y pueden servir de ejemplo como “lecciones aprendidas”). Algunos de los mecanismos que implementan han demostrado ser exitosos: son ágiles en sus operaciones, tienen personal comprometido, no es tan común que sean afectadas por la corrupción (aunque hay casos emblemáticos que contradicen esta afirmación, ellos no son mayoría), suelen estructurarse en una escala ascendente, están escasamente burocratizadas y consideran la autosuficiencia como la clave de la estabilidad a largo plazo. Además, llegan a las comunidades y organizaciones de base en una forma efectiva, por lo general no

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imbuidas de aspectos políticos, y pueden facilitar su inclusión en el diseño y planeación de programas introduciendo innovaciones con cierta facilidad. En cuanto a las debilidades el Estado sufre de corrupción e incluso bajo circunstancias óptimas tiende a ser excesivamente burocrático. Ambos factores pueden diezmar un programa de desarrollo en corto tiempo. La ausencia casi completa de experiencia en la implementación de programas puede conducir a fallas serias de diseño y de metodología. Además, los programas pueden crecer demasiado sin las bases institucionales necesarias y se puede pasar por alto aspectos cruciales como la creación de mecanismos para la estabilidad a largo plazo. Los gobiernos pueden también optar por excluir a las organizaciones privadas con experiencia acumulada y a las asociaciones de base en las fases de planeamiento, lo cual conlleva la pérdida del aprovechamiento de la experiencia acumulada por ellas. También corren el riesgo de desarrollar programas de ayuda social que no son percibidos como una respuesta para el desarrollo económico de un sector productivo de la economía por falta de contacto directo con los potenciales beneficiarios y ausencia de instancias de diálogo que podrían cubrir este déficit. Las ONGs también pueden tener sus desventajas. En muchos casos estas instituciones tienen limitada capacidad técnica y estructural y no pueden expandir sus actividades en forma apreciable. Tienen recursos limitados que en algunos casos determinan el avance de sus programas. Las deficiencias en el área técnica, especialmente en cuanto a los sistemas de información y manejo financiero, constituyen un freno para el desarrollo de sus programas. Suelen tener escasa predisposición para vincularse efectivamente con otras ONGs para realizar esfuerzos coordinados de mayor envergadura, en especial entre aquellas más pequeñas y de cobertura local lo cual agudiza su debilidad. Finalmente, esa tendencia a funcionar de manera aislada y a mantener poca interacción con el gobierno y otras organizaciones crea una alternativa fragmentada y menos efectiva para poder establecer programas que lleguen a un número mayor dentro del sector objetivo. En la década de 1990, en Argentina en general, los defensores de la privatización y los antagonismos del gobierno cantaban loas sobre el potencial de las ONGs de desarrollo y, por cierto, muchas han dado cuenta de que pueden ser eficaces laboratorios para probar y prestar servicios a sectores pobres. Pero las acciones a microescala mostraron que no bastaban ante la magnitud de la pobreza y la desigualdad de ese momento. No se debe olvidar que hay responsabilidades universales respecto de los ciudadanos que son acertadamente adscriptas a los gobiernos. Y de esto dieron cuenta algunas ONGs de Jujuy que se resistieron a poner en práctica decisiones tomadas en otra parte, donde convertirse

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en prestadores sustitutos de los servicios estatales no fue la meta de estos hombres y mujeres, especialmente cuando no tuvieron voz en la formulación de políticas o el diseño de programas.

Relaciones entre las Empresas y las ONGs en Jujuy Las articulaciones entre el mundo empresarial y las ONGs son recientes y continúan estando poco desarrolladas. Sin embargo, en la década de 1990 fueron aumentando y el dato sobresaliente fue el rápido aprendizaje de las partes en probar nuevos mecanismo de articulación que fomenten la competencia y la eficiencia. Este vínculo, en la práctica, se ha estructurado bajo la denominación de Responsabilidad Social Empresarial. Es así que se presentan cada vez con mayor frecuencia y son grupos, generalmente, provenientes del mismo mundo empresarial o de los profesionales, que trabajan para convencer al empresariado de la necesidad de su aporte al bien común, como responsabilidad social, más allá de lo que esto implica en rédito de imagen. De allí que la denominación de Responsabilidad Social Empresarial se presenta como diferente a la de Marketing Filantrópico2 de la cual deriva. La responsabilidad social implica haber entendido la importancia de considerar lo ético, lo social y lo ambiental; ya no solamente desde una lógica de mercado, que se traduce en ventas y publicidad, sino desde un compromiso más concreto y de intervención pretendidamente responsable. Sin embargo son pocos los ejemplos a nivel provincial y presentan un claro tinte experimental. Pero es necesario considerar este nuevo espacio de negociación porque lo que sí es innegable son los importantes aportes económicos y en capacitación que están realizando. A este nuevo actor que articula con las ONGs no debemos confundirlo con los aportes a proyectos sociales desarrollados por las empresas a través de sus propias fundaciones, como son los casos de Bunge y Born, Arcor y Minetti, entre otros, dado que configuran una articulación entre organizaciones del mismo sector (ONG). Es decir que son ONGs que dependen directamente de la empresa y no involucra la articulación entre partes sino que se trata de un emprendimiento encarado y dirigido por la misma empresa en cuestión. Y por ello sus objetivos y visiones son, necesariamente, complementarias y guardan vínculos directos.

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Mecanismo por el cual las empresas utilizan el apoyo económico a las personas de menos recursos en la comunidad como un modo de obtener una publicidad no tradicional.

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Comentarios finales “Metafóricamente, no en los hechos, las ONG son como hongos, algunos atractivos y sanos, otros feos y venenosos y otros, por fin, simplemente alucinógenos”. Charles A. Reilly3

Entre las ONGs de Jujuy, de la década de 1990, hay dos grandes grupos. Las más débiles, conformadas con cierta rapidez con el fin de aprovechar oportunidades de financiamiento, merced a contactos estratégicos, donde no hay planteos sólidos sobre objetivos y/o metodologías de acción; y las más consolidadas, socialmente comprometidas y con trayectoria demostrada, ya sea de la organización en sí o de sus cuadros más destacados. Pero entre las de este último grupo es necesario resaltar que algunas han caído en un juego de expectativas que es engañoso, ya que, especialmente entre los técnicos se encuentran quienes elogian las ONGs como pretexto para eliminar al Estado, como si la sociedad civil y los mercados por sí solos pudieran conciliar plenamente el desarrollo económico y la equidad social; argumentos que son afines a los vientos neoliberales que invadían el ideario socio-político en los noventa en Argentina. Las ONGs de Jujuy en el período señalado estaban sujetas a grandes fuerzas ajenas al sector, por un lado, el empuje del Estado -a través de programas de fortalecimiento institucional, financiamiento de proyectos o intercambio de información- y por otro la atracción de los mercados y los vaivenes de los donantes. Si bien un argumento central era la necesidad de preservar la diversidad, ya que garantiza la corriente continua de ideas nuevas y los medios para ensayarlas con distintos grupos, a medida que los bancos y organizaciones multinacionales fueron descubriendo las ONGs como herramientas para el desarrollo equitativo de la región, se necesitó información clara sobre las fortalezas y debilidades del sector a fin de detectar y promover esas alianzas con el mercado y el Estado con el fin de favorecer un proceso sustentable de desarrollo. Sin embargo, ese proceso no se dio en la magnitud necesaria y, sin una estrategia de acción previa, las ONGs jugaron en desventaja. Las ONGs jujeñas deberían fortalecer la imagen de que el pueblo de su provincia no es un pasivo sino un activo, y con esta base, dar ese salto cualitativo que podría posibilitar el paso de organizaciones dependientes, económica y/o políticamente, a

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Director del Cuerpo de Paz en Guatemala, ex asesor titular sobre Sociedad Civil del Banco Interamericano de Desarrollo y vicepresidente de la Fundación Interamericana.

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organizaciones autónoma que negocien en igualdad de fuerzas con los mercados y el Estado. La mayoría de los observadores están de acuerdo con que, en la década de 1990, en toda América Latina, el Estado, el mercado y la sociedad civil fueron actores dinámicos, que fueron cambiando interna y externamente, modificando rápidamente sus relaciones, redistribuyendo la división del trabajo y la mezcla de tareas que le tocan a cada uno. Sin embargo, no se debe perder de vista que no hay, ni hubo, igualdad de poderes, eso está claro, y la sociedad civil es la más débil, de eso no hay duda.4 Pero hoy, como en los noventa, quienes promueven el desarrollo no pueden elegir entre el Estado, el mercado o la sociedad civil: ningún sector aislado, ni sólo dos de ellos, tienen instrumentos para enfrentar con eficacia la pobreza y las estructuras que contribuyen a su crecimiento. De igual manera, las alabanzas y las críticas deben ser compartidas, si bien no de manera idéntica -es aquí donde nuevamente no hay duda que a la sociedad civil le caben las menores de las críticas y al Estado las mayores-. Es cuestión de equilibrar los reclamos, competencias y capacidades de cada uno. Tal vez este sea un camino para que la tensión inevitable entre ellos sea encauzada por caminos beneficiosos para la mayoría de nuestros y nuestras compatriotas en situaciones de vulnerabilidad.

Bibliografía ACOTTO, Laura (2003) Las Organizaciones de la Sociedad Civil. Un camino para la construcción de la ciudadanía. Buenos Aires: Espacio. BERGESIO, Liliana y PEREYRA, Elsa (2000) Informe sobre Desarrollo Humano Provincia de Jujuy. Las Organizaciones No Gubernamentales de la Provincia de Jujuy. Jujuy: Legislatura de Jujuy/FHyCS-UNJu/Fundación Nueva Gestión. CIPPEC (2003) Directorio de ONGs vinculadas con Políticas Públicas en las 24 jurisdicciones argentinas. Buenos Aires: CIPPEC/Embajada Británica. FISHER, Julie (1998) El camino desde Río. El desarrollo sustentable y el movimiento no gubernamental en el Tercer Mundo. México: Fondo de Cultura Económica. REILLY, Charles (1999) “El equilibrio entre el estado, el mercado y la sociedad civil. Las ONG para un nuevo consenso de desarrollo”. En: TOKMAN, Víctor y O´DONNELL, Guillermo (comp.) Pobreza y desigualdad en América latina. Temas y nuevos desafíos. Buenos Aires: Paidós. ROSANVALLON, Pierre (1995) La nueva cuestión social. Repensar el Estado providencia. Buenos Aires: Manantial YUNUS, Muhammad (1997) Hacia un mundo sin pobreza. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.

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Debilidad de la cual tomaron conciencia y dando cuenta de la creatividad ante la adversidad que las caracteriza, la respuesta que han encontrado algunas ONGs es la de trabajar en redes horizontales que empoderan a todos/as sus miembros y a las propias organizaciones como un todo.

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Para citar este texto: BERGESIO, Liliana (2012) Malabaristas en la crisis. Las organizaciones no gubernamentales de la provincia de Jujuy en la década de 1990. Documento de Trabajo Nº 14. San Salvador de Jujuy: SIMEL Nodo NOA/FCE/UNJu; en: www.fce.unju.edu.ar/simel

Documentos anteriores de la serie “Documentos de Trabajo SIMEL Nodo NOA” Nº 1: BERGESIO, Liliana (2010) Antropología y Economía. Encuentros y distanciamientos a partir de la obra de Pierre Bourdieu. Nº 2: GOLOVANEVSKY, Laura (2010) Algunos debates de la sociología contemporánea en “La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado” de Robert Castel. Nº 3: LÓNDERO, María Eugenia y CABRERA, César (2010) Regulación de la actividad turística en la República Argentina y la Provincia de Jujuy. Nº 4: GOLOVANEVSKY, Laura (2010) Breve historia de la economía andina. Principales temas y debates teóricos. Nº 5: BERGESIO, Liliana (2010) Historias debidas. Instancias personales y afectivas del trabajo de campo como vías para el conocimiento. Nº 6: GOLOVANEVSKY, Laura (2011) La economía de la papa andina. Principales debates teóricos. Nº 7: BERGESIO, Liliana (2011) Las tecnologías rurales andinas de América Latina desde los estudios de la Filosofía de la Cultura. Nº 8: CARRILLO, Ivone, COLQUE, Fernanda y LÓNDERO, María Eugenia (2011) Generación de riqueza en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy-Argentina). Un análisis de los problemas fundamentales de la economía. Nº 9: CABRERA, Raúl Hernán (2011) Superficie implantada y mano de obra en el sector tabacalero de la Provincia de Jujuy. Avances y retrocesos de la frontera de posibilidades de producción agrícola. Nº 10: BERGESIO, Liliana y GOLOVANEVSKY, Laura (2011) La agroindustria rural en la economía andina. Principales debates teóricos. Nº 11: CABRERA, César (2012) Instrumental aplicable al estudio del sector agropecuario de la Provincia de Jujuy. Nº 12: GUZMAN, Gustavo Damián Fernando (2012) Juventud: origen, visiones y debates en torno a su definición. Nº 13: GOLOVANEVSKY, Laura (2012) Individualismo metodológico, racionalidad y economía.

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